El hecho es que parece que lo que hace un año era un proyecto hoy es una realidad que, como podéis ver en la imagen, tiene hasta un configurador para dejarlo a tu gusto por poco más de un millón de euros. Todo ello, por supuesto, Made in Japan.
Desde Siudobashi insisten en que se trata de una obra de arte y no de un vehículo propiamente dicho, por lo que no aseguran ni la comodidad ni la seguridad de sus ocupantes, vamos, que es un juguete muy, muy, caro.
Lo malo es que te pongan un USB de serie en la frente :D
ResponderEliminarBueno, por ahora parece que no han llegado a ése tipo de interacción. Pero dales tiempo ;)
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