domingo, 30 de marzo de 2014

Escudos V: Tierra Media.

En las entregas anteriores hemos recogido los escudos de la que creo es la época histórica que más se asemeja a la ambientación tolkieniana. Esta es la Edad Media. Los relatos de Beleriand presentan un tono más acorde a la Alta Edad Media, mientras que lo que sucede en la propia Tierra Media serían Baja Edad Media e inicio del Renacimiento.

En sus obras, Tolkien suele mencionar los escudos de forma, si no muy frecuente, al menos habitual. Sin embargo, solo los menta, rara vez los describe. A excepción de tamaños y colores en relación a los blasones, las formas son algo que rara vez entra a definir. Esto no resta importancia a los escudos, pero sí que los hace difíciles de identificar. Un clásico ilustrador de Tolkien es John Howe, que si bien no tengo constancia de que colaborase directamente con el escritor, está consagrado como uno de sus mejores intérpretes, hasta el punto de que ilustró muchas ediciones del libro. Finalmente Peter Jackson contó con él para el arte conceptual de sus películas.  Recurro a él porque, si bien Tolkien hizo algunas ilustraciones, no se paró a pintar ni un solo escudo en ellas y más bien se centró en paisajes.

Sin seguir una secuencia temporal estricta he recopilado las menciones que hace a los escudos diferenciando las dos etapas mencionadas arriba.

Un momento crucial en la historia de Beleriand da bastante protagonismo a los escudo. Se trata del combate entre Fingolfin y Morgoth. Aquí vemos como Tolkien, con su vena heráldica, da mucha importancia a los mensajes en los escudos. El rey elfo descubre su escudo que muestra:
"una superficie azul cielo y estrellas de un lejano brillo cristalino y pálido"
mientras que su adversario portaba
su enorme escudo era una vasta superficie negra sin blasón con sombras semejantes a nubes de trueno ”.

Durante este combate aprendemos que el escudo de Fingolfin fue abollado, lo que hace suponer que tenía partes cubiertas en metal, pues la madera se resquebraja y astilla, no se abolla. También que el malvado señor Oscuro usa el suyo como arma, pues abatió al monarca elfo con este.


Tolkien nos habla de unos tiempos que en algunas partes se equipara a las sagas nórdicas, ya que escribió toda su obra a fin de crear una mitología británica a semejanza de aquella. Es por esto tal vez que podamos interpretar que ambos contendientes usen escudos de cometa. En el caso de Morgoth además, a su escala. En el caso de Fingolfin me reservo la opinión pues parece más conflictivo, pero podría ser un cometa con umbo metálico y cantoneras de ese material.

En la época de Beleriand siempre están presentes como parte importante del equipamiento completo de un guerrero. Así, cuando Ulmo ordenó Turgon dejar en Vinyamar armas para Tuor, estas fueron escudo, cota, espada y yelmo. No se mencionan musleras o grebas ni brazales, así como tampoco habla del escudo en sí.


Más adelante Tuor traspasó las puertas de Gondolin. En la tercera, la de bronce, había escudos y placas de bronce. Esto no aclara mucho sobre su uso o tipología. En la siguiente, la de hierro, los guardias portaban grandes escudos. Aquí al menos nos habla de su tamaño. Finalmente en la sexta y última puerta, la de oro, había arqueros pertrechados alrededor de los cuales había grandes escudos rojos como el fuego.

Entiendo que entre el arsenal de los elfos habría escudos que podían estar cubiertos en bronce. De los que hemos visto podrían ser rodelas, pues son estas las que se revisten con metal con más frecuencia. En la de hierro solo sabemos que son grandes. En la de oro los arqueros no empuñan los escudos a pesar de estar ellos equipados, sino que estos está a su alrededor y son grandes. Cuando veíamos los paveses, además de su tamaño y uso por las tropas de proyectiles de forma estática, se comentó que solían estar decorados en su cara exterior, por lo que presumo que se trate de uno de estos. El rojo fuego solo se me antoja que pueda ser un revestimiento con lámina de cobre.

Después el Silmarillion nos cuenta que le recibió el Guardián de la Gran Puerta, cuyo escudo estaba tachonado en cristal.

La siguiente imagen es la ilustración de portada y revés del cuarto tomo de la historia de la Tierra Media. Tengo ese libro en la mesilla de noche y reconozco que en parte me ha impulsado a hacer esta serie de postios, amén de lo comentado en las últimas sesiones en mesa. En esta interpretación de la caída de Angband vemos a los elfos portando grandes escudos triangulares (borde superior), aunque grandes hasta ser casi cometa. La forma de embrazar es confusa, pero no deja de ser la interpretación del ilustrador.



Etapa de Tierra Media en la Tercera Edad.

Las primeras menciones de escudos en la Tercera Edad la encontramos en el Hobbit. (OJO, SPOILER para quienes no hayan visto la última entrega de la película). En el libro se narra que Fili y Kili cayeron defendiendo con su cuerpo y sus escudos a su tío Thorin. Esto hace pensar que los enanos usaban los escudos o bien en formaciones defensivas. No da para montarse la película de que fuesen escudos torre o paveses, pues no da más detalle. Cualquier interpretación en este sentido será voluntarista. Sin embargo, en otro pasaje se encuentra lo siguiente:

"Todos los enanos de la tropa estaban ataviados con cotas de malla de acero que les llegaban a las rodillas; y unas calzas de metal fino y flexible, tejido con un procedimiento secreto que sólo la gente de Dain conocía, les cubrían las piernas. Los enanos son sumamente fuertes para su talla, pero la mayoría de estos eran fuertes aun entre los enanos, En las batallas empuñaban pesados azadones que se manejaban con las dos manos; además, todos tenían al costado una espada ancha y corta, y un escudo redondo les colgaba de las espaldas. Llevaban las barbas partidas y trenzadas, sujetas al cinturón. Las viseras eran de hierro, lo mismo que el calzado; y las caras eran todas sombrías."

Es decir, los hijos de Aulë usaban rodelas. Siendo los enanos más bestiajos que un arado, no es aventurado suponer que pudiesen ser rodelas reforzadas en metal.

Para encontrar otros escudos mencionados por Tolkien debemos avanzar hasta las andanzas de la Comunidad del Anillo. En la formación de esta se nos describe que el único portador de escudo de la misma es Boromir.
"Boromir tenía una larga espada, parecida a Andúril, pero de menor linaje, y cargaba además un escudo y el cuerno de guerra."
El hecho de decirnos que "cargaba" con él es significativo al menos de que debía ser un buen trasto, siendo Boromir uno de los descendientes de los Altos Hombres y podría interpretarse como que se podía colgar mediante tiracol. No he encontrado referencias en los libros que permitan identificarlo con el escudo tipo targe escocés con el que nos regala Peter Jackson en las películas y en mi opinión debiera ser otro.

Poco después encontramos a un jefe orco que es capaz de desviar ataques con su escudo.
"Pero mientras aún retrocedían y antes que Pippin y Merry hubieran llegado a la escalera exterior, un enorme jefe orco, casi de la altura de un hombre, vestido con malla negra de la cabeza a los pies, entró de un salto en la cámara; lo seguían otros, que se apretaron en la puerta.  La cara ancha y chata era morena, los ojos como carbones, la lengua roja; esgrimía una lanza larga.  Con un golpe de escudo desvió la espada de Boromir y lo hizo retroceder, tirándolo al suelo.  Eludiendo la espada de Aragorn con la rapidez de una serpiente, cargó contra la Compañía, apuntando a Frodo con la lanza.  El golpe alcanzó a Frodo en el lado derecho y lo arrojó contra la pared.  Sam con un grito quebró de un hachazo el extremo de la lanza.  Aún estaba el orco dejando caer el asta y sacando la cimitarra, cuando Andúril le cayó sobre el yelmo.  Hubo un estallido, como una llama, y el yelmo se abrió en dos.  El orco cayó, la cabeza hendida.  " Hay tantas cosas que destacar en el pasaje que mejor leerlo. No tenemos ilustraciones de ese suceso, pero tengo esta otra de uno posterior. Aquí vemos una columna orca en la que se han colado esos dos medianos llamados Frodo y Sam. Uno de los orcos lleva una rodela en primer plano y al fondo en el centro se aprecia lo que parece un broquel entre la impedimenta de otro. También se ven lanzas y alabardas, junto con alfanjes y tal vez algún alfanjón.

Veremos más rodelas en manos de orcos en las ilustraciones del asedio de Gondolin, por ejemplo. O en la captura de los enanos en el Hobbit por el Rey Trasgo.

No es hasta el asedio del abismo de Helm que podamos ver escudos que no sean rodelas en manos de orcos:


Los escudos de tipo triangular están en manos indistintamente de caballeros de la luz como de los adalides de las oscuridad, los Nazgul, pero rara vez en manos de orcos de más baja estofa, que usan rodelas.

Y en el Abismo de Helm encontramos múltiples de las referencias a los escudos y algunas a armaduras. Durante los preparativos para el asedio:
"Los hombres trajeron entonces paramentos de guerra de los arcones del rey, y vistieron a Aragorn y Legolas con cotas de malla resplandecientes.  También eligieron yelmos y escudos redondos, recamados de oro y con incrustaciones de piedras preciosas, verdes, rojas y blancas.  Gandalf no aceptó una cota de malla; y Gimli no necesitaba cota, aun cuando encontraran alguna adecuada a su talla, pues no había en los arcones de Edoras un plaquín que pudiese compararse al jubón corto forjado en la Montaña del Norte.  Pero escogió un capacete de hierro y cuero que le cubría perfectamente la cabeza redonda; también llevó un escudo pequeño con el emblema de la Casa de Eorl, un caballo al galope, blanco sobre fondo verde.
      -¡Que te proteja bien! -dijo Théoden-.  Fue forjado para mí en los tiempos de Thengel, cuando era aún un niño.
      Gimli hizo una reverencia."

Los Rohirrim, por tanto vemos como usan rodelas. En un momento posterior se nos cuenta que los guerreros humanos restallaron sus lanzas contra los escudos. Cabe suponer que esto era merced a una cantonera metálica. Esto se confirma más adelante en cuando Éomer, en los campos de Pelenor, bendice a sus tropas. Los eorlingas responden golpeando las lanzas contra el brocal de los escudos. En este escenario el propio rey porta un escudo de oro que quedó velado cuando las tinieblas oscurecieron el campo de batalla en medio de la mañana.

Poco después el escudo de Eowyn sí que se quiebra en muchos pedazos ante el mazazo del Rey Brujo y llega a partir el brazo a ella. Esto apunta a un escudo de madera, nuevamente. Por último la descripción del escudo regalado a Meriadoc era verde y redondo, que además se podía colgar del hombro.

Y poco más. No hay otras menciones directas a los escudos que los describan. A penas hay desarrolladas algunas descripciones de sus formaciones.

En el asedio del abismo de Helm los Uruk-hai de Saruman adoptaron una formación peculiar con sus escudos negros para proteger los arietes hechos de troncos Llevaban los escudos en alto como formando un techo y empujaban en el centro dos troncos enormes.  ”

En otra parte he encontrado que los rohirrim levantaban muros de escudos para resistir y combatir a pie hasta que cayese el último hombre, una vez desmontados. Este es el muro de escudos que comentamos en las entregas históricas que hacían los vikingos fuera de sus barcos.

Por último me he tropezado con una descripción de formaciones de los Dunedain, aunque no sé si es muy fiable en su origen.
Thangail 'la pared escudo' era el nombre de esta formación en Sindarin, la lengua normalmente hablada entre la gente de Elendil; su nombre en Quenya era sandastan 'la barrera escudo', derivado del primitivo thandã 'escudo' y stama-'barrera, para impedir la entrada'. La palabra Sindarin usaba un segundo elemento diferente: cail, una valla o palizada de puntos y estacas afiladas. Esta, en la forma primitiva kegle, derivaba de una raíz keg- 'nudo, púa', visto también en la palabra primitiva kegyã 'valla', de ahí el Sindarin cai (cf. Morgai en Mordor).

La dírnaith, Quenya nernehta ' hombre en punta de lanza', era una formación en cuña, lanzada sobre una corta distancia contra una congregación de enemigos, pero no a una formación en orden, o contra una formación defensiva sobre la tierra abierta. Quenya nehte, Sindarin naith fue aplicada a cualquier formación o proyección afilada en un punto: una punta de lanza, cuña triangular, el promontorio estrecho (raíz nek, estrecho); cf. la Naith de Lórien, la tierra en el ángulo del Celebrant y el Anduin, cuyo empalme actual de los ríos era más estrecho y más puntiagudo que puede ser mostrado en un mapa a pequeña escala. 


En resumen, en Tierra Media hay profusión de rodelas usadas por casi todos los bandos descritos: enanos, rohirrim, orcos e incluso algunos elfos. Los edain no sabemos muy bien qué tipo de escudos usaban. Para diferenciar del resto los voy a tomar como escudos triangulares y de cometa, mientras que los elfos usarán escudos de cometa en sus primeros tiempos y tal vez triangulares al final, si es que alguno usa algo tan pesado en esa última época. El escudo de cometa llega por Beleriand con los elfos y de entre los hombres son los edain los que lo mantienen, ya en Númenor ya en Tierra Media.

No he dicho nada de los Haradrim, los Variags de la meseta esteparia de Khand, los Orientales y demás humanidad pervertida bajo el yugo de Sauron. Bien, a los primeros y segundos creo que les vienen estupendas las adargas por su zona de origen. Dado que Tolkien parece que tomó el nombre de los variags de los varegos, tal vez sea útil ver estos directamente en la historia. De los Orientales, hombres del este o cetrinos, encontraremos que tras las derrotas que les infligiera Gondor tanto unos como otros quedaban dispersos. Son los áurigas (wainriders) y los balchoth (jinetes seminómadas que siguieron rutas migratorias muy similares a las de los hunos en la historia). Tendré que revisar a ver si esos tienen en sus símiles históricos algo que destacar.






sábado, 29 de marzo de 2014

Escudos IV: completando la historia, otros escudos medievales.

(Es continuación de la tercera entrega).

Para completar el repaso a los escudos históricos más frecuentes en la edad media nos quedan dos casos destacables, uno de jinetes ligeros y otro de infantería también ligera aunque usando un escudo pesado. Hablamos de la adarga y del escudo pavés.

La ADARGA.

Esta pieza es típica de la península ibérica y la aportaron los moros. Esto va dictar ciertas peculiaridades. Tal vez por venir de lugares sin árboles o por venir de lugares donde el cuero no se estropeaba tanto como en la Europa central y norteña, los moros importaron al continente sus escudos de este material y sin madera alguna. Además está almohadillado para el brazo y se embraza en este con correas. Al ser de cuero es ligero y muy manejable, óptimo para la caballería ligera que lo usa con profusión. A pesar de fabricarse en cuero es muy resistente. Su forma es ovalada o dos óvalos secantes que que después evolucionaron a una forma de corazón achatado. Una peculiaridad es que solían estar profusamente decorados y no solo en color superficial, sino con borlas o tiras de cuero. El tamaño podía estar entre los 60 y 90 cm. Adargas redondas:



Sin embargo este arma andalusí fue adoptada por el caballero español como propia, hasta el punto de encontrarla en el Quijote nada más empezar
" (...) no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antiguarocín flaco y galgo corredor (...)".
y seguir con nosotros hasta la conquista de las Américas y quedando allí en algunos cuerpos postcoloniales de caballería ligera, los lanceros de cuera del virreinato de Nueva España y Tejas, cuerpo existente hasta el s. XIX.


Las primigenias eran de piel de antílope, pero se fueron cambiando a otros materiales, como las de piel de vacuno que dieron en llamarse vacaríes, o de buey o de onagro (burro). Las mejores eran de antílope lamt, que "no podían penetrar ni sables, ni lanzas, ni flechas" según algún exagerado contemporáneo.

Adargas acorazonadas con sus flecos colgando, justo en el centro:

Principalmente usada por la caballería ligera, pero sin perjuicio de que la usase la infantería en ocasiones, sobre todo defendiéndose en asedios.

Y para acabar con los escudos históricos solo queda el PAVÉS. En la lámina de Larousse tiene el nº8. Es lo que se conoce como escudo de cubierta y no se puede embrazar porque no está preparado para ello dadas sus dimensiones, aunque dispone de agarraderas para ser empuñado. Dispone de unas correas para colgar en la espalda, a modo de mochila. Su función no es ser empuñado, sino que son escudos de posición salvo cuando se usaban como protección en la espalda. Disponían de una púa inferior para plantar en el suelo y algunos incluso de soportes o se apuntalaban. 


Su uso era plantándolo en el terreno y generando así una cobertura defensiva frente a los proyectiles enemigos o para entorpecer las cargas. Se popularizó por los ballesteros italianos que se resguardaban tras el parapeto mientras recargaban su arma, un proceso lento. A veces el ballestero no era quien lo sostenía, sino un peón que le auxiliaba. 


Por todo ello vemos que es un escudo más grande que la rodela en altura, unos 120 cm y de ancho unos 55. De forma rectangular o trapezoidal y con una prominente nervadura central. 



Hacia el siglo XVI se desarrollaron paveses de mano, usado más en la Europa central y centro-oriental. Conservaban la forma del pavés pero en dimensiones más manejables. 

Con todo esto hemos encontrado los siguientes escudos medievales y del principio del Renacimiento, por orden alfabético:

- Adarga, principalmente de caballería ligera aunque también de infantería, solo de cuero. Tamaño medio, forma redondeada o acorazonada. Se empuña y embraza.

- Broquel, solo infantería, reducido tamaño, múltiples materiales. Forma redondeada. Solo se empuña.

- Cometa, caballeros principalmente montados pero también a pie. Madera reforzada. Se empuña, embraza y cuelga. Forma de almendra. Tamaño grande.

- Pavés, solo infantería, tamaño grande, de posición. Rectangular. Se empuña, se cuelga y se apuntala. 

- Rodela, infantería principalmente, aunque alguna caballería al principio también lo usó. Madera con o sin refuerzos. Redondo. Según el pueblo podía ser solo empuñado o también embrazado y colgado.

- Tabulaccio, infantería, ovalado, se embraza de forma distinta. Medio.

- Tarja, caballería, especialmente para justas. Fijo o colgado.

- Triangular, caballeros e infantería (hombres de armas). Madera reforzada. Se empuña, embraza y cuelga. Forma de plancha o triángulo. Tamaño medio.

Este resumen nos permitirá ver desde un punto de vista de Tierra Media que ya incluiré en el siguiente post.

Dado que en la entrega de hachas hice mención a las reglas de Stormbringer solo puedo decir que respecto a los escudos, al menos la traducción española, es toda ella inservible y no se puede usar como referencia de nada porque es incorrecta y está repleta de confusiones.

Escudos III: continuación histórica, el escudo de caballero.

(Es continuación de la segunda parte).

Si volvemos a la primera entrega podemos ver en la ilustración de la enciclopedia Larousse que el escudo marcado como 10 se identifica así, como ècu, que en francés viene del latín scutum. Podemos también apreciar que tiene una cierta forma triangular que más abajo explicaremos como se produjo, pues es interesante y digna de comentar. Es el escudo que a todos nos vendrá a la cabeza a poco que usemos la palabra y se ha popularizado como logo de antivirus.

Inicialmente la tropas de caballería medieval usaban los mismos escudos que la infantería, que por entonces eran en su mayoría rodelas. Existían excepciones entre la infantería. En la península italiana se emplearon unos herederos del scutum romano, el tabulaccio, escudo ovalado de 100-120 x 40-60 cm, ligeramente curvado y con sujeción y embrazaderas horizontales (los demás suelen ser verticales). Era usado por los spadaccino. Cubría desde los ojos hasta las rodillas. Los italianos nos vuelven a traer en el nombre el material del que está hecho, una tabla, como sus antecesores romanos insistían en que los scutum fuesen de madera como de puerta. Ya hemos comentado en la primera entrega el clipeo merovingio de madera que era también ovalado.

Como quiera que fuese la mayoría de los incipientes caballeros usaban el escudo de la época, que no era otro que la rodela más primitiva. Habíamos visto que este tipo de escudo estaba más pensado en origen para usar en formación y proteger al grupo. Los lados de este escudo redondo eran excesivos, sin embargo era de altura corta. Así con la rodela el costado izquierdo quedaba desprotegido y desatendido. El jinete, con la testuz del animal en medio, no podía defender ese flanco con facilidad con ese cacho madera. La infantería veterana aprendía este punto muerto y procuraba atacar a los jinetes por ese lado por la dificultad de maniobrar que entrañaba defender ese lado cuando se entablaba el CaC.

Es por esto que las rodelas empezaron en verse en su fabricación a alargadas en el eje longitudinal de forma progresiva  y así proteger de forma pasiva el costado del caballo y hasta la pierna del jinete, lo que dio lugar a una tipología de escudo que recibe múltiples nombres: escudo cometa en la versión castellana con punta inferior redondeada, escudo normando o en lágrima, en gota de agua o de almendra cuando el extremo inferior era más en punta.

En la escena 19 del tapiz de Bayeux podemos ver a los jinetes con sus escudos de cometa y algunos otros infantes a pie.


En este otro fragmento en la porción media se ven jinetes con ellos puestos de viaje, y como incluso los cuelgan fuera del barco como hacían los vikingos con sus rodelas que veíamos en la entrega anterior. Es destacable como los caballeros llevan sus escudos colgados pero viajan SIN las lórigas de cota de malla. En la última escena vemos que los caballeros se han pertrechado con sus cotas y sus inseparables escudos de cometa para la noble faena de descuartizar al enemigo. Como curiosidad también podemos ver un clipeo en manos de un infante a la izquierda, emplumado con media docena de saetas.

El escudo COMETA tenía un peso considerable, de 6 a 7 kilos, pues su altura iba de los 85 a los 150 cm. Convexo, al igual que su predecesora la rodela. Conforme evolucionó se fue volviendo más sofisticado y esto redundó en que era caro de producir. Se fabricaba en distintas maderas según la disponibilidad del lugar de origen: de tilo -ligera y resistente-, aliso, álamo -especial resistencia a astillarse por la forma de sus nervaduras, así como a los golpes. Eran listones de madera pegados entre sí que después se recubrían de piel de asno o venado. El canto se reforzaba con metal, generalmente bronce y a veces podía presentar nervaduras externas, flejes internos o tachones en filas, todos ellos a fin de configurar un arma de protección tanto pasiva como activa más consistente. Algunos conservaron la cazoleta o umbo de sus predecesoras rodelas, pero ya hemos visto que no era una mera rodela en su construcción. El sistema de sujeción se vuelve innovador y usan correas o tiras de cuero que permiten un embrazado adecuado al uso de la caballería. Además disponen de tiracol, para colgar a la espalda o en el mismo costado izquierdo de pasiva cuando el caballero necesita esa mano para sujetar una lanza con más fuerza o las riendas. En el tapiz se ve cuando van de viaje que los escudos va a sus espaldas. Como equipamiento premium se completaba con un acolchado relleno de crin que protegía el brazo que lo empuñaba. Todo esto lo convertía en una pieza cara de producir y por tanto, costosa.



Algunos de estos escudos fueron alargándose más y más hasta hacer su borde inferior picudo. En algunas partes he encontrado que las denominaciones locales se atribuyen según acabe en más punta o más redondeado, del mismo modo que la parte superior redondeada, último vestigio de la rodela, se hizo recta en algunas zonas. Son los primeros escudos de caballero como tal, y se corresponden al escudo nº9 de la lámina de la enciclopedia Larousse.

Y es que el escudo de cometa, con sus 6 o 7 kilos de peso sería cualquier cosa menos cómodo para maniobrar un caballo. Conforme se fueron mejorando las armaduras de las piernas (calzas, perneras y brafoneras) se acortó de nuevo aunque manteniendo sus mejoras técnicas (acolchado, refuerzos, construscción), con lo que se aligeró, aún conservando sus formas rectas más aprovechadas.

Estos cambios dieron lugar al escudo que podemos llamar triangular al que hacía referencia arriba, que los anglosajones denominan "heater" por su forma como la suela de una de plancha. En la península ibérica, al parecer, se mantuvo el borde inferior redondeado, mientras el resto del continente usaba puntas más triangulares. Este hecho se ha quedado reflejado en la heráldica ibérica. En todo caso esta nueva clase de escudos tenían un objetivo de parar de forma más activa y se redujeron a 60 cm, mucho más manejable y útil en el combate cerrado una vez se dejó de necesitar proteger las piernas.

Este es el escudo que el imaginario popular relaciona con los caballeros y con los programas antivirus

Es el escudo nº 10 que veíamos en la lámina de Larousse del primer post. Me ahorraré poner otras imágenes de este tipo de escudo porque las tenéis grabadas en vuestras mentes de frikis consumados. Destaca por mantener las altas calidades en su producción pero con una mayor manejabilidad. Eso sí, para entonces el umbo estaba en desuso y desaparece de este tipo de escudo.

Ahora bien, estas formas no fueron las únicas morfologías que encontramos entre los caballeros. En la susodicha lámina de la enciclopedia vemos con el nº 11 un escudo peculiar. En esta otra representación podemos ver algo parecido entre varios tipos de escudos:

Encontramos claramente en primera línea a la izquierda a un infante con un escudo en forma de almendra (campo plata con ¿corazones? gules), en primer plano a la derecha un jinete con el citado escudo triangular (campo plata con león rampante en gules) y tras este hay otro jinete cuyo rocín usa gualdrapa roja y de yelmo dorado. Su escudo presenta una mueca similar a la del escudo nº 11. Esta es una modificación que permite sostener las riendas de forma cómoda y en ocasiones, ayudar a apoyar la lanza. En mi opinión no es muy distinto de por sí del anterior, por lo que lo dejaremos incluido en este. Lo que sí nos sirve es para el siguiente, tanto en la lámina de Larousse como en este recopilatorio, el nº 12, la tarja. Este es un escudo exclusivamente empleado en las justas, hasta el punto que acabó fijado al arnés. Inicialmente era de madera o de cuero y se afianzaba con cuñas, pero finalmente se dejó implementado en la propia armadura. Su forma es cóncava y con acanaladuras, de modo que desviase la punta de la lanza de justa lejos de la cabeza.  Puede tener una escotadura para facilitar el uso de la lanza de justas. A partir del siglo XVI pasó a fabricarse entero en metal y la fijación en vez de correas y cuñas de madera, eran pernos directos al peto. En ocasiones lo he visto confundido con el targe escocés, creando gran confunsión (creo que de ahí viene todo el lío de la tarja de las reglas de Stormbringer). Algunos asimilan el escudo nº 11 con el término tarja, pero pienso que puede ser un lío con las siguientes. Me he tenido que ir a la colección Wallace para encontrar algunas "joust armour shield".



Buscando fotos de tarjas de justa me he encontrado con un enlace de entendidos a esta pieza de museo en la que no se aprecia el lado de la tarja, pero la cita como "tarja barreada de fusta", que es lo que vemos más o menos arriba, con barras que dirigen la punta de la lanza para desviarla de la cabeza.

Con esto dejamos a los caballeros andantes y vamos a reservar una última entrada histórica a un par de piezas interesantes que no entran en las clasificaciones que hemos visto, para pasar a hacer un resumen de los que nos interesan. Esta entrada ya se ha hecho bastante tocho.




sábado, 15 de marzo de 2014

Escudos II: continuación histórica, el escudo medieval redondo.

(Es continuación de la primera parte)

Para jugar en una ambientación de El Señor De Los Anillos lo más apropiado es un contexto medieval. Es por ello que esta entrega estará dedicada íntegramente a esta época histórica y sus transiciones, desde la caída del imperio romano hasta la entrada del Renacimiento.

El primer escudo que quiero tratar es uno de los más clásicos, la RODELA. En distintos idiomas recibe distintos nombres pero yo me quedaré con el castellano. Es este un escudo redondo, que algunos definen como lenticular, por ser convexas hacia el enemigo y así ayudar a repeler el ataque.

El tamaño oscila entre los 40 y 60 cm y su peso aproximado es de 1 kilo. Fabricado con madera, a veces podía presentar forros exteriores de cuero y otros refuerzos como podían ser nervaduras en bronce o canteados metálicos para repeler los tajos de armas cortantes. Es claramente un escudo para parar con él, pero por sus dimensiones aún permite ser una buena protección pasiva frente a proyectiles. Por todo ello y por el sino de los tiempos que le corresponden se comenzaron a hacer abrazadera y empuñadura mediante correajes. También suelen disponer de tiracol. A efectos de las paradas ya empiezan a tener forros interiores acolchados en la zona del brazo que lo sujeta, de algodón o lino encolados.

La rodela era portada tanto por caballería como por infantería y algunos cuerpos de espaderos se denominaron por el propio escudo, los rodeleros. Al de abajo lo podemos ver embrazando su rodela con su característica convexidad dirigida hacia el enemigo.



En sus últimas fases evolutivas allá por el s. XV se llegaron a hacer enteros de chapa con las mejoras de la metalurgia, pero aumentaba de forma importante el peso hasta los 5 kilos. Incluso se construyeron rodelas llamadas "de brecha" que se empleaban en los asedios y capaces de resistir un arcabuzaso. Su peso ascendía hasta los 15 kilos. Sin embargo este mismo condicionante que supuso la aparición de las armas de pólvora terminó por acarrear su desuso y casi desaparición.

Una variante del anterior más sencilla es la rodela vikinga. Esta se componía de listones de madera de abeto, tilo, aliso o haya pegados entre sí y afianzados por una manija que servía para agarrar, no embrazar. Esta estaba protegida en el centro por un umbo de hierro que se solía reparar tras las batallas. A veces se cubría de cuero la superficie y otras se canteaba el borde con cuero o incluso metal. Otros refuerzos podían ser pletinas perpendiculares a los listones de madera. El tamaño era muy variable, de 45 a 90 cm de diámetro.

Destaca por presentar una periferia más fina que el centro que la hacía flexible, a fin de amortiguar los ataques recibidos, pero con menor resistencia. Es más manejable que un escudo normal, pero no está concebido para el uso individual, sino para formar el muro de escudos. También llama la atención que es un escudo plano, a diferencia de la rodela común que es convexa. Me recuerda a los sencillos escudos celtas que veíamos en el postio anterior.



Otra variante más de la rodela es la "targe" o rodela escocesa, (en inglés rodela se dice "target"). Su tamaño es variable pero generalmente eran pequeñas en comparación con otras y rondaban los 50 cm. Destaca por estar generalmente cubierta de cuero y reforzada con remaches. Solo las mayores se podían embrazar y el resto funcionaban más bien como broqueles similares a los usados por los primitivos caledonios al llegar a las islas. Fabricadas en madera de roble solían tener distintos grados de refuerzo metálico aunque con predominio de un umbo central que se llegaba a dotar de una punta saliente para usar como arma ofensiva en la lucha en el Cuerpo a Cuerpo. También se añadían en el interior vainas para llevar el dirk, el puñal tradicional.

A destacar la perseverancia de su uso tradicionales por los highlanders que la mantuvieron operativa hasta derrota catastrófica en la batalla de Culloden en 1746. Es necesario diferenciar de la tarja propiamente, que es otro tipo de escudo completamente distinto.


Vemos que todos los escudos mayores de la familia de las rodelas tenían una función de defensa pasiva frente a proyectiles, ya en formación ya individualmente. Algunas también servían como arma de parada, pero salvo las targes más pequeñas, todos tenían una clara intención de parapeto ligero.

Sin embargo vemos como la progresión histórica de las armas a distancia determinó su progresivo desuso. Esto también sucedió en algunos usos del campo de batalla y nos sirve para presentar un escudo redondeado pero mucho menor que las rodelas, el BROQUEL. Posiblemente el broquel sea el escudo que más materiales ha admitido en su fabricación y se encuentran de madera, cuero, metal, lana encolada o corcho, también combinaciones de ellos. Se recubría de piel o tela encerada u otras coberturas y se procuraba guarnicionar el canto con metal y el umbo o cazoleta central en metal. Tras este presenta un asa para empuñar, ya que no se puede embrazar. Sus reducidas dimensiones permiten que se use incluso en melé, como estos señores que están ahí al mogollón:



Del mismo modo que algunas rodelas puede dotarse de púas que lo convierten a la par en arma ofensiva. Dada su ligereza se usa más para desviar que para parar. Algunas targes escocesas de tamaño más reducido se pueden considerar directamente broqueles. Podemos encontrar referencias incluso en tratados de esgrima y pervivió también hasta épocas más tardías:



Escudos I: Introducción histórica en la era clásica.

Sí, sí, ya sé que dije en la anterior entrega que haría una serie sobre las espadas. Pero en la última sesión de partida surgieron preguntas que me han llevado a investigar un poco a fin de sistematizar el tema de los escudos.

A lo largo de la historia los escudos han ido evolucionando en respuesta al progreso bélico. Dado que son defensas o armas defensivas, se puede decir que han ido a la zaga de las ofensivas, pero también su evolución se ha visto condicionada por el desarrollo de las armaduras de la época.

Los escudos presentan fundamentalmente dos funciones defensivas: usados para parar de forma activa o como parapeto pasivo. Según el estilo de combate de su correspondiente época se van configurando estas piezas defensivas.

Los escudos como función activa se emplearon principalmente contra armas de cuerpo a cuerpo a fin de detener o desviar el arma del adversario de su blanco en el propio cuerpo. Los proyectiles, por definición, solían ser demasiado rápidos para reaccionar a tiempo.

En su vertiente pasiva los encontraremos tanto para armas cuerpo a cuerpo como frente a armas de proyectiles, siendo en esta última faceta donde encontramos el principal uso de algunos. Así, si no puedes parar propiamente un proyectil, al menos puedes encarar el escudo al tirador de forma que el parapeto obstruya el tiro. En algunos casos veremos que ni siquiera se encara, sino que se usa de forma totalmente pasiva como parapeto portátil que cubre de forma estática alguna superficie del cuerpo. Frente a las armas cuerpo a cuerpo se podían usar pasivos en singular o en formaciones de batalla -muros de escudo y similar.



Como casi siempre encontraremos los primeros en Oriente Medio y alrededores. Esta región y su ardor belicoso nos han brindado muchas herramientas de guerra, como vamos viendo.

Se conoce constancia histórica en la zona de escudos ligeros fabricados con un armazón de ramas o mimbre recubierto de piel de animales. Este tipo de escudo se mantuvo por los tracios durante siglos después y recibía el nombre de pelte o pelta. Según la época se usaba solo empuñado y más adelante embrazado. Dada su escasa resistencia este tipo de escudos eran principalmente destinados a detener los proyectiles enemigos, pues un arma de metal los podía hacer añicos con facilidad y para con ellos resultaría en muy pocos usos. Su forma característica es de una luna menguante tumbada, o dicho de otro modo, un círculo con un bocado pegado en su parte superior.

Otra pelta de época clásica era el escudo macedónico que usaban los piqueros alejandrinos. Dado que necesitaban usar la sarissa con ambas manos empezaron a usarlo simplemente colgado del hombro izquierdo con el tiracol, un asa larga para colgar.

Los griegos fueron desarrollando distintos tipos de escudos con aumento de su tamaño de forma progresiva conforme fueron dominando las artes de la metalurgia del bronce. El típico escudo redondo y enorme de los hoplitas es el ejemplo más conocido. Respecto a este parece haber una enconada disputa entre los expertos sobre la correcta denominación. Conocido durante mucho tiempo como "hoplon" ahora algunos quieren que se le llame "aspis". La cuestión es que el término "aspis" también define otras morfologías de escudos de la época y épocas previas. Tenemos un aspis minoico con forma de ocho y los escudos torre micénicos similares a escudos egipcios previos aunque más grandes. El aspis en forma de ocho se hacía con cuero de buey tensado. Es mi capricho por mera cuestión memotécnica en esta relación los diferenciaré y llamaré hoplon al del hoplita, por incorrecto que pueda parecer a algunos puristas.

Tanto el aspis como el hoplón presentaban abrazadera central y correa de cuero al borde para empuñar.

El hoplón era un gran escudo redondo que rondaba el metro de diámetro, con convexidad hacia el adversario. Hecho de madera y forro interior de cuero fino, podía tener en ocasiones una lámina de bronce en toda su superficie externa. Esta debía ser extremadamente fina para no descolgar el brazo de su portador. Lo que sí presentaban ya era el umbo central metálico, es decir, la cazoleta que vemos en muchos escudos posteriores. En ocasiones debía conservar tensores internos de cuero para mantener la convexidad. Por lo visto no disponían de cantonera de metal salvo en casos ceremoniales. Esto se justifica por el tipo de combate que realizaban las falanges de hoplitas. Aquí el soldado protege a su compañero de su izquierda y generalmente de forma pasiva. El intercambio de golpes era mediante lanzadas y solo cuando se producía el choque final con espadas cortas demasiado ágiles para detener mediante estos monstruosos escudos. Por tanto, hemos descubierto el primer uso pasivo en el cuerpo a cuerpo. Por supuesto los hoplitas daban uso pasivo frente a proyectiles, porque antes del choque de formaciones estas eran hostigadas por las tropas auxiliares con armas arrojadizas o proyectiles. Incluso en las retiradas tenían esta función asegurada con un tiracol para colgar de la espalda.
Por último, algunos tenían extras como tiras de cuero en el borde inferior a fin de dar protección extra a las piernas.

El equipamiento defensivo básico del hoplita consistía, recordemos, en un yelmo, unas grebas y la protección del escudo de su compañero de la derecha.

Conforme evolucionó el sistema de lucha griego los hoplones fueron sustituidos por variaciones de su morfología inicial. El thureo es un escudo ovalado de finales de la era clásica que se asemeja a las prestaciones del clipeo que veremos después. Esto fue posible por la evolución de otras defensas, como la armadura. Al portar el soldado su propia defensa no era necesario cargar además con un enorme escudo de entre 6 y 8 kilos para proteger al vecino y por tanto se redujo por estas variantes más ligeras.

De los escudos griegos pasamos a los romanos. Es curioso que los romanos reservaban el termino scutum para los fabricados en madera, mientras que los que se construyesen en otros materiales principales, como podría ser el cuero, no entraban en esta denominación. Al parecer la palabra deriva de algo relacionado con las puertas y ahí la razón. Son grandes y pesados y pensados para combates estáticos en formación. De ahí que se les llame a veces escudos de testudo. Es significativo que los romanos cargasen con escudos cuando además llevaban sus armaduras, pero por cosas así las legiones se volvieron tan temidas. El escudo de testudo permitía combatir en formaciones muy eficaces.

Sin embargo los romanos tenían muchas denominaciones para las variantes. La parma sería el escudo típico, de forma rectangular o elíptica alargada según la época, grande y abombado hacia afuera en un eje longitudinal. Hecho por supuesto en madera, pues era un scutum propiamente dicho. Es curioso que la típica forma rectangular peliculera no fue la más frecuente sino que se dio en periodos históricos muy concretos. Es un escudo que se empuña y tiene un umbo central metálico. Cantos reforzados y en ocasiones nervaduras se hacían en metal. Ni que decir tiene que este escudo se podía usar tanto de forma pasiva como también de forma activa e incluso en combate cerrado como arma, de ahí algunos de sus refuerzos. Un golpe del borde canteado en metal de esta mole de madera podía ser temible.

La parma equestre, sin embargo, era una versión mucho más ligera para caballería auxiliar, de tan solo 60 cm y algo menos de dos kilos que no podía considerarse escudo porque se realizaba con cuero comprimido. Por su ligereza es de suponer que era útil como arma de parada activa y además sus dimensiones daban algo de protección frente a proyectiles.

Muchas otras parmas más reducidas aún se denominaron pármulas, y eran típicas en distintos tipos de gladiadores. El thraex portaba una pármula cuadrada o rectangular de madera forrada en cuero, de 50 cm aproximadamente y unos 3 kilos. El hoplomachus por su parte tenía una pármula redondeada y abombada en bronce de tan solo 35 o 40 cm y de kilo y medio a dos kilos. Estas eran claramente defensas activas para parar al adversario.

Incluso había una versión militar de pármula para los vélites, con estructura de madera o mimbre y recubierta de piel de cabra o cordero. Este añadía un tiracol para poner en la espalda. Más adelante veremos un posible origen por los contactos que tuvieran con otros pueblos. Su uso principal es pasivo frente a proyectiles.

Contemporáneo a la parma se encontró enfrente a otros escudos que portaban otros pueblos que fueron modificando el uso militar de los romanos que se fueron adaptando. Ya hemos mencionado las peltas tracias pero hubo muchas más.

Los celtas tenían su propio escudo de forma elíptica, trapezoidal o hexagonal alargado. No se conoce el nombre propio de este escudo porque, como otros muchos pueblos, a su escudo típico lo llamaban escudo y nada más. Este era grande y de madera, con umbo central alagado que llegaba a formar nervaduras, pero de forma peculiar empezó siendo de madera. De 110 a 120 de largo y la mitad de anchura pesaba de 6 a 10 kilos, lo cual era una barbaridad (pun intended) si tenemos en cuenta que no se embraza, solo se empuña. Como otros escudos empuñados tenía un uso activo para parar, pero sus grandes dimensiones permitían usarlo de parapeto pasivo frente a los ataques de proyectiles y arrojadizas, como un pillum romano.

Y llegamos así a la cetra, pequeño y de cuero endurecido al fuego, de origen celtíbero. No se embraza sino que se empuña, como los demás escudos celtas. Los romanos lo adoptarían para sus tropas auxiliares ligeras más adelante. Su uso tradicional en la península daría más adelante paso a otras morfologías.

Otra evolución fue el clipeo, un escudo ovalado o circular ligero, abombado y poco conocido. Hecho en madera y que en el caso de los merovingios llegó a los 70-80 cm. En ocasiones se recubría con metal y sirve para ir adentrándonos en el periodo que más nos interesa para usar en partidas. La influencia del thureo y el aspis se deja notar.

Por hoy eso será todo. En la siguiente entrega espero abordar los escudos más relacionados al medioevo y con ello ver los que nos interesan realmente para la ambientación actual en ESDLA. Esta introducción sobre la época clásica nos ha permitido familiarizarnos un poco con los términos, las formas y los usos, así como otras características.

(Continúa en la segunda parte y siguientes).


domingo, 2 de marzo de 2014

Espadas I: retazos de historia y visiones frikis.

Si en la anterior tanda de postios sobre armas blancas destacábamos las virtudes frikis del hacha, en esta nos encontramos con el arma más representativa, hasta el punto de que un subgénero de fantasía heróica es la de "espadas y brujería" -swords & sorcery- entre otras modalidades.

La espada es un icono en sí misma, con distintas simbologías a lo largo de la historia. Como veremos en su evolución histórica, la espada ha experimentado una progresión que está ligada a los avances tecnológicos en el trabajo del metal. Esto las ha convertido con frecuencia en un signo distintivo, un símbolo diferencial ligado a cierto estatus y poder. Un hacha es un arma basta de producción más simple, frente a la espada, arma empleada por los miembros destacados de la sociedad que se la pueden permitir. La accesibilidad a este arma refleja en su posesión algo más que el poder bélico del portador, como en el hacha. El portador de una espada denota mayor capacidad económica.

Esto ha llevado a la espada a estar relacionada con las castas dominantes de cada lugar y época. Es inherente el simbolismo violento, tanto en cuanto es un arma. Pero no un arma cualquiera, sino un arma que conlleva un respaldo social, una base económica que permite su producción y posesión. Es un arma más institucional que una burda hacha o más glamurosa que una sencilla lanza. Otros simbolismos asociados durante la historia a la espada han sido la justicia, la razón, la caballerosidad o la masculinidad. Encontraremos espadas en los ámbitos a ellos relacionados. Como también encontraremos que la espada sirve de base para otras expresiones. Los caballeros cristianos portaban en su espada su cruz, siendo los gavilanes perfectamente perpendiculares a la hoja para ello. Los samuráis japoneses identificaban su espada con su alma, que creían poseía el objeto. En la bandera saudí una espada nos recuerda su nobleza. La entrega de la espada de un comandante reflejaba el cese de la belicosidad de sus fuerzas armadas. Emperadores, reyes y otros señores se han valido del simbolismo de la espada tanto para nombrar a sus súbditos como para ajusticiarlos.

Los puristas nos dirán que solo son espadas las armas blancas de dos filos. Esto, además de restrictivo y constrictivo, me resulta poco práctico. En el las próximas entregas pretendo abarcar todas las espadas que nos interesan y por seguro que estas son mucho más variadas que las meras espadas de doble filo.

Como he adelantado arriba, las espadas son altamente dependientes del nivel de avance del arte de la herrería y la ciencia de la metalurgia. Aquí he de hacer un inciso antes de dar pie a confusiones. Se podría pensar, de forma equivocada, que el componente social de las espadas es meramente de prestigio, solo porque muchos de sus portadores recurran a ella con esta intención. No es el caso.

Una espada es un arma más refinada que otras armas blancas y sus características permiten realizar mejor las tareas propias del guerrero. Para faenas concretas otras armas pueden superar puntualmente a una espada. Pero en el arte de matar la espada es la más completa. Es por ello la preferida de todo aquel que puede permitirse una.

La espada es, de forma simple, una palanca para ejercer fuerza que ha sido afilada. Además, conforme se fue perfeccionando, servía para realizar otras tareas como era la de parar los ataques del contrario o rematar con el extremo puntiagudo. Iremos viendo esos refinamientos de forma progresiva.



Como comentábamos al hablar de hachas, el antecesor de todos estos instrumentos parece que se asemeja al kopesh egipcio y canaanita que ya vimos en la entrega dedicada a los fierros de Canción de Hielo y Fuego. Si en el caso de las hachas hemos visto que el punto de corte se reforzaba creando un potente centro de gravedad mediante el aumento de la masa tras ese punto, en la espada no se recurre a la fuerza bruta. En las espadas se busca otro concepto. Se reparte más la masa y se consigue un nuevo atributo en las armas, el punto de equilibrio. Como tal vez veamos más adelante, en algunos casos se convierte en un factor fundamental. Pero de forma paralela se obtiene que las espadas sean más manejables, más rápidas de usar, que las toscas hachas. Esto puede ser, en mi opinión, el motivo fundamental para que se diferencien ambos tipos de armas. Además las espadas van a estar dotadas, en la mayoría de los casos, de un extremo donde el filo se estrecha hasta formar una punta, lo que la convierte en un arma más versátil que permite tanto cortar como punzar.

Todos estos atributos conllevan, sin embargo, unos mayores requisitos y dificultad de producción y esto encarece su coste. A pesar de ese aumento de coste veremos como a lo largo de la historia todos los pueblos que pudieron perfeccionaron sus espadas en una carrera armamentística permanente.

En definitiva, las espadas no son solo una forma de presumir porque sí. Se presume porque una espada es un arma más completa y eficaz, con mejores prestaciones.

Como hoy ya os he soltado un tocho, en otro rato pasaré por aquí a soltar otras frikadas sobre las espadas. Como guinda para hoy tenemos un khopesh egipcio arriba, donde se pueden apreciar los detalles ya comentados que denotan su evolución a partir de su hermanas mayores, las hachas de guerra de la época. Tenemos un arma sin punta, con un filo curvado y un astil o cuello en la misma pieza de metal que no tenía filo. Solo sirve para dar tajos, pero posiblemente sea más resistente que las hachas de la época al tener el astil hecho en la misma pieza, lo que además permite aligerar el arma y agilizar su manejo. Tecnología punta de la era del bronce al servicio del arte de la guerra.