viernes, 13 de noviembre de 2015

Objetos para PZ

Katana Battle Ready
Pistol Supressor
First Aid Book
SClip
Cologne Empty
Bleach Dosificator
Isotonic Drinks (homemade)
Purifying tablets






jueves, 23 de abril de 2015

Pasión por el Libro.

Duro fue lograr todo aquello que ahora tenía ante sí. Duro y azaroso. Al fin podía tomarse un pequeño respiro, aunque estaba claro que no en demasía. No podía ser de otro modo.

Cola de escorpión dorado, ralladura de raíz de malvavisco, extracto de sapo negro de los pantanos ... Mientras mezclaba los ingredientes de otra poción no puedo evitar recordar sus comienzos allá en la Torre de los Adeptos, en la Colina de la Hechicería. Años de duras prácticas oscuras que hubo de empezar como sirviente y lacayo de Adeptos veteranos para poder convertirse en uno de ellos, primero como aprendiz, luego como acólito y por último como aspirante. Años rebajándose y arrastrándose ante las vejaciones y abusos de sus maestros como parte de su formación. Años de esfuerzo y duro trabajo, pruebas ordálicas aún más duras y estudio denodado al son de los bastonazos en el costillar que se recibían en la Sala de los Lamentos donde se aprendían los rudimentos de las Artes Oscuras. ¡Ah! fue por entonces cuando descubrió aquel legajo, aquel texto maldito que le llevaría por el camino de su perdición.

Estambres de pasiflora, una pizca de sales volcánicas de más allá del sur, élitros de grillo cebollero y una pestaña de troll sacudidos y no agitados... Antes de su caída al inframundo se convirtió en un discípulo aventajado, superando tanto a los de su promoción que fue escogido para realizar el Sacrificio Ritual del Retrasado en el festival del Gran Ojo. Cada 3 años el aprendiz menos prometedor era sacrificado por sus colegas estudiantes en honor al Señor Oscuro, arrancando primero sus ojos y arrojándolos a un pozo de lava ardiente. Cuan lejos quedaba aquella época de satisfacción y orgullo, truncada por el mensaje misterioso que se cruzó en su carrera. Como parte de sus privilegios como Enucleador del Festival estaba un pase a la Biblioteca Arcana donde se guardaban no solo textos de alquimia, sino de todos los conocimientos y artes atesorados por los Hechiceros y demás sirvientes del Oscuro.

Patas impares de milpiés estriado, cinco gotas de bilis de olifante y deditos resecos de humano recién nacido amputados antes de su primera ingesta , mezclados en una tripa de vaca y colgado en noche de luna nueva de un cedro mancillado ... La Bóveda Recóndita contenía recetas asombrosas para elaboraciones increíbles. Paseó ansioso por sus cortos pasillos entre estantes ajados y polvorientos, recorriendo con su mirada hambrienta aquellos conocimientos en su corta estancia. Su premio y su maldición. Acarició con los pulpejos de sus dedos abrasados por las preparaciones alquímicas el canto del pergamino de la perdición. Aquel que contenía la marca de su sino, su terrible caída del puesto de honor que había conseguido con tanto esfuerzo, sudor, lágrimas y sangre tanto suyos como de otros. Maldita fuera la hora en que aquel rollo le atrajo y le sedujo. Con tantas y tantas otras obras que estudiar fueron a parar sus manos a aquel maldito libro. Había encontrado un Códice de los Elementos en la Elaboración de Pociones de Ungerthrok y tenía abierto el Tratado de Seres que se Arrastran y Trepan sobre Muchas Patas para Destilar Pócimas y Ponzoñas. A la luz parpadeante de una vela negra de sebo de humano, las únicas permitidas en aquel recinto malvado, bebía de sus párrafos con avidez ahumado por el olor acre de la vela que atufaba la estancia mientras se consumía a la par que su tiempo allí, una cuenta atrás goteante. Fue entonces que topó con aquel otro legajo enrollado y precintado con lacre oscuro. Desoyendo las advertencias e instrucciones que le fueron dadas antes de adentrarse en la catacumba que llevaba a la Bóveda Prohibida abrió un texto vetado.

Cristales de cuarzo triturados, tintura de caparazón de cochinilla azul de allende las estepas, corteza de sauce ensangrentado y jugo del fruto de la palmera espinosa, removido con una pluma de crebain alicojo y tuerto... No podía apartar las palabras de su torturada mente desde que las leyó con osadía. Le asaltaban día y noche, acuciando, solícitas, exigentes. Tenía que comprender aquel enigma, tenía que volver a poseer el texto maldito para devorar sus enseñanzas. Durante las largas jornadas a pie de crisol se distraía pensando en los signos que había vislumbrado y le recorrían escalofríos, náusea y estremecimientos varios que sacudían su torturado cuerpo así como su alma aún más pervertida. Ni los más horribles vapores tóxicos habían conseguido antes que cejara en sus tareas de aprendizaje o apartarle de sus obligaciones como ayudante en las ceremonias y preparaciones. Pero aquel descubrimiento le rondaba, le acechaba y no le dejaba en paz ni en los momentos de máxima tensión. Bastonazos y más bastonazos fueron la respuesta de sus maestros que advirtieron en seguida la merma de su rendimiento. Cuando no puedo contenerse y escaparon de sus cuarteados labios algunas de las palabras heréticas sobre lo que había descubierto le fue aplicado un castigo más severo junto con la degradación. Su paso por el Salón de Reforma y las torturas que allí se aplicaban debieran haberle disuadido y reorientado hacia el camino debido. Mas no podía desoír aquellas palabras que le abrasaban en la mente y siguió cayendo en su ruina, cada vez más obcecado, más poseído y menos eficiente para sus maestros. Pasaron de los bastonazos a los frecuentes latigazos mientras que de los demás estudiantes llegó el escarnio y la venganza por la envidia reprimida. De la Fila de Borde de Caldero pasó a la de los Sobre-chepa y después cayó en la desgracia de los Catadores. Finalmente los golpes, llagas e intoxicaciones se cebaron en su salud y cayó enfermo y cada vez más desvalido. No obstante, seguía obsesionado con aquel conocimiento que había vislumbrado y no le importaban las palizas que recibía de sus antiguos competidores ahora que era un paria de última fila.

Después vino el tiempo de su diáspora, la huida sin un destino claro, el esconderse y permanecer invisible a los Hechiceros, a los Maestros Sacerdotes y a toda la curia Dol-gulduriana. Se escapó, sí. Pero no sin antes cometer un sacrilegio imperdonable, profanando la cripta donde se escondía su ansiado tesoro y poniendo sus garras sobre él. Hubo de recurrir a sus mejores recetas y armarse de sus mejores pócimas y venenos para alcanzar su deseada recompensa. Nunca destacó especialmente en la brujería de conjuros pero también recurrió a su arsenal mágico más dañino para lograr su ansiado objetivo. Con temeridad, ignorando deliberadamente que aquello podría alertar al Ojo Único y atraer su atención abrasadora. Nada importaba con tal de conseguir su propósito, su texto impío, herejía demoníaca. Muchos fueron los custodios que eliminó o lisió en su robo. Mató, mutiló, cegó y enloqueció a cuanto ser viviente o muerto se le interpuso. Desgarró gargantas con su daga sacrificial con artimañas y a traición. Roció con sus ponzoñas a los vigilantes o les introdujo drogas perversas de mil maneras para deshacerse de ellos. Exorcizó guardianes espectrales desterrándolos a planos olvidados e indujo a la locura a sus compañeros de celda con conjuros malsanos para mantenerlos alejados. Todo con un único fin. Poseer aquello que más deseaba. Aquello que ansiaba. Su Precioso.

(Feliz Día Del Libro).

sábado, 18 de abril de 2015

Leyenda Negra del Claro del Bosque Negro

Un enorme y majestuoso roble presidía el claro elevándose por encima de la cubierta en varias millas a la redonda. Sus ramas dominaban a todas las demás Olvar bajo ellas. Durante más de mil años su hegemonía no tuvo oponente alguno. Hasta que llegó al Bosque una presencia ominosa que no admitía rival. El Tenebroso Hechicero que se asentó en la colina en poniente mandó a sus esbirros a acabar con el desafiante y verdoso gigante en cuanto tuvo ocasión. Acudieron con hachas y sierras a derribar el orgullo del bosque y durante noches intentaron abatir a este. Treparon a sus ramas para talar estas y arrasaron sus hojas. Encendieron fuegos donde quemaban todo durante la noche y las columnas de humo se elevaban todo el día mientras ellos se escondían en las sombras.

El tronco, sin embargo, se resistió. Una y otra vez golpearon con sus hachas la corteza ennegrecida por el hollín y una y otra vez el terco roble melló sus filos y astilló sus astiles. Cansados y enfadados los trasgos volvieron y suplicaron ayuda a su Oscuro Amo a pesar del temor al castigo por su fracaso. Su ira no solo cayó sobre ellos sino que tras castigarles envió a uno de sus trolls a por el roble, capitaneada la expedición por uno de sus secuaces más capaces, un numenoreano negro vil y mezquino como solo saben ser los de su estirpe. Un troll malvado azuzado por un traicionero comandante y ni aun así lograron su propósito. Pues su maldad se volvió contra ellos en el seno del bosque ya que intentaron llevar un presente a su Señor Oscuro. Tras arrancar planchas de la corteza intentaron desgajar el gran tronco recolgados de las heridas leñosas y así obtener una veta de madera fina que ofrendar al Maligno a la vez que acortaban la faena. Sin embargo su estupidez y pereza les traicionaron, cayendo el troll y partiéndose el cuello junto con la enorme tabla. Esto fue posible solo con la ayuda de un repentino vendaval que azotó las alturas y agitó el Bosque. El numenoreano negro, fuera de sí, hizo que los trasgos prendieran los restos del roble y él en persona maldijo aquel fuego destructor mientras se quemaba el roble, no sin antes inmolar a los mismos trasgos en la pira. Después lanzó un maleficio de olvido sobre el lugar para que nadie supiese llegar a él y así borrar su fracaso. El roble quedó mutilado y solitario, leñoso cadáver que nadie podría hallar. Su figura ya no ofendería al Nigromante y el negro capitán contó sus mentiras sobre un troll enloquecido que atacó a los trasgos para devorarlos.

Desde entonces el enorme tocón permanece solitario en medio de un claro devastado donde ninguna planta se atreve a crecer de las cenizas del grandioso roble.

lunes, 12 de enero de 2015

Juegos de PC: Warframe

Hoy traigo una entrada más propia de Joe, pues se trata de un comentario sobre un videojuego para el PC. El motivo es que me parece un juego para turista espaciales. Sí, así como suena. Cualquier amante de la ciencia ficción que ose llamarse así debería visitar el mundo de Warframe al menos para ver los escenarios. No he conseguido hacer capturas de pantalla, o mejor dicho no sé donde diablos las guarda el juego. La cuestión es que he recurrido a San Google Bendito y no he encontrado gran cosa.
Este por ejemplo parece de una misión en una estación gasista en Júpiter. En el juego esas nubes están en movimiento, por supuesto. En otras ocasiones un ventanal de un pasillo muestra los cañones de la astronave en la que estás haciendo la misión bombardean el infinito. Además están las misiones de archi-alas, en modo EVA (extra vehicular activity) que sin ser enteramente un combate en Cero-G -en mi opinión falta más movimiento inercial- es una aproximación aceptable con movilidad en todas las direcciones, combatiendo enemigos y saboteando al enemigo para conseguir destruir grandes objetivos (por si alguno quiso destruir algo parecido a la estrella de la muerte alguna vez). Todo ello en entornos majestuosos nuevamente, a veces en medio de grandes batallas navales -ojito con no llevarse un cañonazo- o en operaciones mineras en asteroides. Volviendo a poner los pies en el suelo encontraremos misiones en bases del desierto, en los bosques de la tierra o en puestos de avanzada en parajes helados muchos de los cuales destacan por su impresionante belleza.

Así, a veces uno se detiene en medio de la vorágine de la misión y se planta en un ventanal que da al vacío espacial o en un balcón de una estación y contempla las vistas increíbles.

El juego en sí supongo que tiene la mecánica de todos los MMORPG y supongo porque no he jugado antes a Rol Masivo En Línea. La temática es futurista y el papel del jugador se resume como "eres un ninya del espacio". Esto determina uno de los puntos fuertes del juego, a mi pobre entender, que es la gran movilidad que tiene el personaje. En mi experiencia con juegos de rol en solitario (offline) para PC he encontrado bastante menos movilidad que en este, así como en algún FPS masivo. Una de las gracias es precisamente eso, que es un juego orientado al parkour. Con combinaciones de teclas relativamente sencillas se puede acceder a movimientos muy vistosos y es difícil que el personaje se quede clavado en algún elemento del terreno o que no pueda llegar. El personaje anda, corre, se desliza en distintas direcciones, salta también en distintas direcciones, hace volteretas en distintas situaciones, se desliza y trepa por paredes y obstáculos. Según el arma y las distintas combinaciones de modificaciones del Warframe y se pueden hacer además ataques especiales a partir de esos movimientos, lo que ofrece una amplia variedad de vistoso "postureo guerreril" a lo largo y ancho de los ambientes que el juego ofrece.

Como digo los escenarios son bastante grandes y en algunos casos de vistas majestuosas, así que se puede recorrer mucho terreno. Es cierto que una buena parte son pasillos y que en muchas zonas hay que ir o venir por un camino determinado, pero la variedad de misiones hace que a veces ese punto sea indiferente, porque hay que ir y venir entre las distintas salas y pasillos.

En definitiva, si alguno quiere pasar un buen rato haciendo turismo para frikis amantes de la ciencia ficción viendo parajes alucinantes, muy recomendable.

PS: Si consigo encontrar las capturas de pantalla retomaré esta entrega para ilustrar mejor lo que digo.