sábado, 11 de septiembre de 2021

Armaduras III: CLASIFICACIÓN 2ª PARTE, MATERIALES.

 

Los distintos tipos de armaduras se diferenciarán también por sus MATERIALES O COMPONENTES. En general las armaduras se reservaban y solo se vestían para combatir. Durante los viajes no se porta armadura pues cansa mucho más y ocasionarían rozaduras o heridas durante una marcha o cabalgada larga. Solo las armaduras ligeras y flexibles se podrán llevar durante el viaje sin causar fatiga.


Guardas, gambesón o acolchado. Aketón. Subarmalis romano.

Prenda de varias capas de tela recia rellenas de material de acolchado. Se usa como protección bajo otras armaduras para evitar rozaduras de la misma o como armadura muy ligera. Barata según el material empleado. El modelo más elemental de armadura es la túnica gruesa y sería equivalente. Mantenimiento fácil aunque puede albergar parásitos, mal olor, etc. Sensible a la humedad. Sufre desgaste por el uso y es sensible a los combates (cuando está expuesta directamente sufre doble daño por críticos). Da protección frente a bajas temperaturas y puede ser molesta en climas cálidos por lo que también se hacían guardas de otros materiales como el cuero fino. Hay cofias para la cabeza, chalecos y la prenda completa que cubre torso y brazos se denomina gambesón completo, llegando algunos a cubrir los muslos. Hay perneras para usar bajo armaduras duras en las piernas. Permite apilar otras armaduras, para lo cual pueden presentar incluso correajes y puntos de anclaje de esas piezas superpuestas. Algunos tipos de gladiadores estaban defendidos en algunas partes del cuerpo solo con este tipo de armadura ligera (perneras de los hoplomachus, reforzadas en los murmillo). Anteriormente se empleó de forma similar el linotórax, un tipo de peto de múltiples capas de lino, posiblemente adheridas en algunos puntos con algún tipo de pegamento orgánico (queratina de pezuñas, resinas vegetales, …) cuyo empleo estuvo ligado a diferentes campañas según las condiciones climáticas y necesidades logísticas. Se especula con que se hiciese en otros materiales o que sirviese para sujetar otras piezas de armadura. En otras épocas y latitudes otros pueblos usaron otras fibras vegetales para obtener el mismo resultado, siendo el escaupil o ichcahuipilli mesoamericano un peto de algodón trenzado con fibras de maguey y tratado con salmuera. Su efectividad contra las flechas hizo que incluso los conquistadores los adoptasen en ocasiones.


Cuero blando.

Prendas de cuero curtido, flexible y que ofrece protección ligera. Mantenimiento relativamente fácil para mantener en estado óptimo, resistente al desgaste. Leve protección frente a temperaturas. Ideal para llevar en climas cálidos frente a otras alternativas más calurosas, llegando en esas zonas a confeccionarse con tiras entrelazadas de cuero para conseguir mayor ventilación. Se pueden confeccionar todo tipo de prendas: capacetes y yelmos, justillos para el torso, chaquetas, chaquetones, brazales, musleras y grebas. Permite apilar otras armaduras.


Cuero blando tachonado.

Como el anterior pero con refuerzos de remaches de metal que ofrecen algo más de protección frente a ataques penetrantes. Mismas prendas con algunas especiales como el balteus romano, cinto de tiras de cuero con piezas de metal que protege la zona inguinal con libertad de movimiento. No se recomienda apilar otras armaduras sobre esta.



Bárbara o de pieles.

Prendas de pieles usadas por tribus bárbaras. Sobre una base cuero fino o tela recia se cosen pieles de animales. Requiere un mantenimiento un poco más dedicado pues es fácil que albergue parásitos, mal olor, etc. Buena protección frente a bajas temperaturas e inclemencias como lluvia o nieve, pero puede estropearse si no se le cuida en esas situaciones. Muy incómoda en climas cálidos, afectando a la resistencia. Se confecciona para torso y sombreros que actúan como cascos. Un ejemplo sería la galea lupina hecha de piel de lobo que usaban algunas tropas romanas como los vélites y augures. Dejan las extremidades libres para poder moverse y combatir con más soltura. No se recomienda apilar otras armaduras sobre esta (ya es un dos piezas).


Cuero endurecido, coraza de cuero. Cuir bouilli.

Piezas de armadura (así como otros útiles: cofres, estuches, portalibros, etc). El cuero se somete una inmersión controlada en agua muy caliente (pero no hirviente) hasta que consigue una consistencia endurecida o bien se le somete a procesos de curtido especial (ceras, aceites, engrudos) pudiendo ser compatibles técnicas sucesivas. Según la materia prima, (grosor, especie animal, etc) y las técnicas se puede conseguir distintas calidades, tomando las reglas estandarizadas para un tipo normal. Mantenimiento según acabado final. Es más ligero que el metal, da cierta protección contra cortes y buena contra los golpes. Se confeccionan torso, cascos, brazales, musleras y grebas.


Cota de escamas. Lorica squamata romana.

Se cosen pequeñas placas (escamas) de material duro a una prenda de tela recia o cuero blando, superpuestas las de arriba sobre las de abajo. En distintas épocas y lugares se usaron distintos materiales para las escamas: bronce, hierro, semillas, madera, hueso (de ballena por ejemplo), cuero, cuero endurecido, cuerno, etc. Constituye un tipo de cuero reforzado con metal muy temprano en la historia, siendo las primeras referencias que se tienen provienen de armaduras que portaban los faraones egipcios cuando iban a la guerra, hechas de piel de cocodrilo cubierto de escamas de bronce junto con la corona de guerra azul, el Jepresh. En la época romana la lorica squamata estaba reservada a caballería (equites) y centuriones (oficiales) aunque también par músicos y la llamada plumata sería una versión exclusiva para altos rangos por su elevado coste de producción. También la usaban algunos tipos de gladiadores (eques, scissor y sagittarius).

Ofrece una buena protección a cambio de una cierta restricción de movilidad pero requiere un mantenimiento dedicado.

Se confeccionaban para torso, cabeza, brazos, incluso guanteletes.

Ofrece mejor protección contra perforación que las cotas de mallas estándard cuando la placa es de suficiente grosor, aunque sea más débil que esta frente a otros ataques.


Armadura de laminillas o lamelar.

Se trata de pequeñas piezas cosidas entre sí, sin necesidad de una base de tela o cuero. Pueden ser de metal o cuero que se podía endurecer por curtido o incluso laqueado. Típica de oriente (Europa del Este, Oriente Medio y resto de Asia, con especial uso en Japón). Desplazó a otras armaduras de escamas por ser más cómodas de usar, mejor ventilada, etc. Algunas disponían las láminas invertidas a las cotas de escamas (la inferior descansa sobre la superior).


Cota de mallas de anillas (con guardas).

Se atribuye su desarrollo a las tribus celtas del s. V a.C. y fue ampliamente utilizada durante largos periodos de tiempo intermitentes, siendo la dominante durante la mayor parte del medievo. En Roma se denominaba Lorica hamata romana, siendo cara de producir se reservaba a oficiales y legionarios con mayor poder económico, propia del fin de la república aunque presente desde mucho antes. Se extendió su uso en algunos momentos. Tuvo que ser sustituida al enfrentarla a los arcos compuestos partos que la atravesaban.

Son anillos de metal entrelazados que resisten las armas cortantes y según la construcción las penetrantes. Distintos calibres de alambre, distintos tipos de anillo y distintos modos de entrelazado que establecen distintas categorías, ligera o pesada. Distintas longitudes, con o sin mangas: camisotes o haubergón solo en torso también llamada de infante; lorigón o hauberk cubre torso, brazos y hasta muslos, también lalamda de caballero. De 10 a 30 kilos según todo ello. Se suele usar sobre guardas para que el metal no cause roces con el simple movimiento. Era frecuente usar bajo cascos y otras piezas de armaduras de placas (ver más adelante).


Cuero reforzado con metal. Brigantina.

Piezas de armadura en los que una prenda de capas de tela fuerte o cuero blando la cual alberga lamas de metal en su interior e incluye un acolchado. Su mantenimiento presenta los inconvenientes del metal por su oxidación y de la prenda que puede albergar parásitos o deteriorarse. En climas cálidos el sudor mantenido corroe el metal que es inaccesible. Protección moderada frente a temperaturas. La brigantina o jaco lorigado es una chaqueta o chaquetón de tela fuerte de este tipo y en general protegía torso y brazos y a veces parte alta de muslos, fabricándose tanto en lona, lienzo, seda como cuero fino. Una precursora se denominó jacerina. También se confeccionan chalecos y se pueden hacer cascos de cuero y metal, brazales, musleras y grebas. Es una evolución de ciertos tipos de armaduras de placas segmentadas que buscan un buen balance entre movilidad y protección de las láminas de metal. Al estar expuesta la capa de tejido, sufre el doble frente a críticos por lo que requiere reparación frecuentevar.


Cota de mallas reforzada con placas (con guardas).

Sobre una cota de malla se aplican placas de metal en las zonas más nobles, con diferentes tamaños.

Durante la época romana las tropas de primera línea portaban estas placas y solo si podían permitirse añadían la cota de malla debajo. Durante el medievo la evolución fue al contrario, a partir del uso de coseletes de material flexible como podía ser la cota de anillas o escamas, se reforzó las zonas centrales del pecho con placas de metal adicional a partir del 1300 o mediados de ese siglo y se acabó en el siguiente paso.


Placas (con guardas). Lorica segmentata romana.

La lórica segmentata se componía de láminas de metal superpuestas, ofrecía una mayor protección que la lorica hamata con menor peso, pero requiere un mantenimiento más frecuente y necesitando un taller especializado con múltiples piezas de metal y enganches. En climas húmedos y calurosos la corrosión por sudor la hacía inviable. No se fabricaba más que para torso y hombros y dejaba las piernas sin proteger. Requiere de ayuda para su colocación. Era de uso entre los legionarios pero limitada a ciertas zonas fronterizas europeas: Britania, Germanias, Dacia, norte de Hispania y su implantación está descrita históricamente a necesidades especiales según el armamento enemigo (falcatas, romphaias, hachas germánicas, etc). Peso de un peto con hombreras 11 kg en acero de 1,3mm, entre 6 y 9 kilos sin aquellas. Un tipo especial sería la manica o lórica manicae, que se utilizaba en el brazo del arma tanto primero por gladiadores (crupelarius, hoplomachus, murmillo, provocator) como después por legionarios de algunas épocas (introducida por Trajano para contrarrestar la falx dacia). Son de hierro, acero o aleación de cobre (bronce) y de láminas superpuestas.

En el medievo de nuevo se retomó este tipo de armaduras de segmentos de placas a partir de sobreponer láminas a los coseletes ligeros de malla, escamas o cuero tachonado, siendo un tipo de coseletes de transición de malla y placas a lo largo del s.XIV. En el siglo siguiente se desarrollaron distintas formas de placas segmentadas y articuladas (ver brigantinas, jacerinas) y por otra parte distintos tipos de petos algunos destinados para los abordajes marítimos o bien petos rígidos que dieron lugar posteriormente a las corazas góticas más tardías de s.XV tardío y sXVI que serían el culmen de las corazas.


Coraza (con guardas).

Los griegos desarrollaron las primeras corazas conocidas, en bronce, si bien la infantería pesada rara vez las usaba y preferían defenderse con sus grandes escudos por su excesivo peso y pérdida de movilidad, llegando a extremos alarmantes. La única coraza conocida de la antigüedad capaz de soportar la onda de choque de un arma de asedio como un escorpión estaba hecha en hierro y pesaba 20 kg (hecha por Zoilo de Chipre a Demetrio Poliorcetes de Macedoniael asediador de ciudades”). Esto nos ilustra el amplio rango de grosores y pesos que se podrían encontrar. Posteriormente los romanos rescataron su uso como Lorica musculata, hecha de bronce, con claro uso decorativo y por ello fabricadas en bronce, reservada para aquellos más pudientes y de imitación del estilo griego.

En la época medieval son propias de la Baja Edad Media, en distintas formas y evoluciones. Las piezas más resistentes se limitaban al torso y la cabeza, dejando el resto de piezas a la que denominamos como armadura de placas de la categoría anterior. En acero actual de 1 mm de grosor un peto pesa unos 5 kg. Aquí dejamos abierta la puerta a un capítulo especial que serían las aleaciones de acero y su repercusión en los grosores de las armaduras.

Armaduras II: CLASIFICACIÓN PARTE 1ª LOCALIZACIONES.

Las armaduras se componen de piezas defensivas sobre el cuerpo para protegerse de los ataques recibidos de forma pasiva. Según la LOCALIZACIÓN corporal (en 1D12) que protegen encontraremos:


Cabeza (1): CASCO. Una de las piezas de armadura más apreciada por los combatientes puesto que la cabeza es la localización más sensible. Esto hizo que su desarrollo y empleo superase en prioridad al de otras piezas de armadura. Hay distintos tipos según cuanta superficie cubren. Los cascos más cerrados ofrecen mayor protección pero dificultan la percepción. Esa protección se tendrá en cuenta a la hora de dificultar ataques que pretendan evitar la armadura o intentar localizaciones especiales como acertar a los ojos. A lo largo de los distintos periodos de la historia así como diferentes lugares se han empleado muchos tipos de cascos con diferentes nombres. Nosotros los clasificaremos en tres grados y asignaremos un nombre general que no tiene que ser del todo certero para cada grado pero nos ayudará para esta clasificación de algún modo.


Grado I. Cascos que solo cubren la parte superior del cráneo, desde encima de los ojos y dejan libres las orejas, los llamaremos CAPACETES. Su forma puede ser variada desde formas semi-ovoides a cónicas. En los materiales más ligeros algunos sombreros actúan como equivalente a un capacete ligero. Algunos, como el casco normando, presenta una protección nasal que protege los ojos de tajos horizontales y la nariz. El resto de estos cascos deja desprotegidos ojos, oídos, etc.


Grado II. Aquellos cascos que ofrecen distintas protecciones adicionales como carrilleras, viseras fijas, protecciones para la nuca, etc: tenemos la galea romana, la celada, la bacineta, el morrión, borgoñetas, barbutas medievales abiertas en diferentes grados (a imagen de los kranos corintios), etc. Por escoger un nombre el más representativo sería la GALEA típica romana. En general dificultan algo la visión y bastante más la audición. El portador puede ser obligado a realizar tiradas de percepción para no ser sorprendido en el fragor del combate, reaccionar a órdenes o avisos de sus compañeros, etc. Un tipo particular lo constituye el almófar, que es una capucha de cota de mallas sobre una cofia de tejido acolchado que en conjunto protegen toda la cabeza rodeando esta por completo salvo el óvalo de la cara e incluso en algunos casos disponía de una pieza adicional para cubrir la cara de forma que solo quedasen los ojos descubiertos y que ya entraría en la categoría siguiente. Si no se dice lo contrario, en este grado protegen orejas y nuca.


Grado III. Por último tenemos el YELMO que es el nombre que reservamos para un casco completamente cerrado con una rendija para ver y rejillas para respirar. Los “grandes yelmos” son cerrados y sin partes móviles, típicos de las cruzadas y de las órdenes monacales guerreras. Más adelante se desarrollaron los bacinetes, en los que sí había una visera móvil. El concepto de yelmo es más amplio y abarca a muchos cascos de la categoría anterior, pero lo utilizamos para diferenciar en esta clasificación. Las barbutas más cerradas se podrían considerar como yelmos con ranuras fijas. Ofrece la máxima protección, pero también la máxima dificultad a los sentidos e incluso ocasiona fatiga adicional (por asalto de combate con yelmo cerrado se aplica penalización en las tiradas de fatiga mantenida). La visión periférica está anulada y la audición muy impedida. Además de la capa externa incluyen un acolchado interior para proteger la cabeza, pero que también aísla más de sonidos externos. Los yelmos, al ser armazones cerrados, ofrecen una estructura compacta y más rígida, por lo que su resistencia a los ataques puede estar incrementada además de la mejora de superficie cubierta. En los yelmos también se empleaban capas más gruesas de metal que en otras partes del cuerpo (hasta varias veces más grueso).

En los yelmos se incluyen algunas piezas adicionales con nombre propio, como la babera o barbote para la protección de la boca, barbilla, y mandíbulas. Además tenía partes como podían ser la cimera (decoración situada en la zona superior), la ventalle que permitía una abertura lateral junto a la visera.


La categoría de casco influirá sobre todo a la hora de aplicar penalizaciones a las percepciones (incluido el equilibrio). Algún casco concreto podrá tener en su descripción alguna característica específica que cambie esta generalidad, pero usaremos como norma general lo siguiente:


Cat.

Nombre

Ver

Oír

Fatiga

Penalización para evitar cobertura

Extras

I

Capacete

0 a -1

0

0

0


II

Galea

-2 a -4

-4

0

+3 DA


III

Yelmo cerrado

-5 a -8

-6

+1/asalto

+5 DA o ++

+1 DT


Brazos (2 y 3). Algunas armaduras incluyen en su peto mangas unidas al mismo material, como pueden ser los gambesones, las brigantinas, los lorigones de malla, etc. En las armaduras pesadas los petos solían incluir protección para los hombros al menos, las hombreras, pero se considerará que corresponde a esa localización principal del torso que veremos más adelante. En otros casos son piezas independientes de material que llamamos en general BRAZALES aunque en los arneses completos se desarrollaron piezas con nombres específicos: hombreras (que pueden formar parte del peto), guardabrazos (protege el brazo propiamente), sobaqueras (resguardar la parte delantera y trasera de las axilas), codales (cubre el codo), brazales o avambrazo (protege el antebrazo), cangrejos (protegen la parte opuesta del codo o sangría del brazo) y después manoplas, lúas, guanteles, guanteletes, manteles o mandiletes, incluso con piezas móviles para cada dedo, que protegían las manos, y las muñecas.

Un tipo especial de armadura de brazo es la manica romana, que podía ser de placas de cuero endurecido o preferiblemente de metal y se usaba en el brazo armado (típica de ciertos gladiadores). El uso de esta pieza veremos que se extendió posteriormente entre los legionarios para enfrentar el falx dacio y tracio, como en su día las falcatas íberas obligaron a poner refuerzos de metal en los escudos de los legionarios.


Torso, que incluye tórax (4 a 6) y abdomen (7 y 8). Generalmente se emplea una misma pieza para estas localizaciones en conjunto, aunque pueda estar compuesta de varios elementos (peto o placa pectoral y placa espaldar, por ejemplo).

En el medievo los petos fueron adaptándose y acortándose para ganar movilidad, formando en la parte inferior de abdomen y caderas el volante o falda y la pancera para el vientre hecha de malla en el frontal y los guardarrenes posteriores en la región lumbar, la bragadura para proteger la entrepierna y la culera para los glúteos, también hechas de malla. En otros lugares se aplicaron a modo de faja en materiales flexibles, como el tare de las armaduras japonesas.

En la parte superior la gola cubría la delicada parte del cuello, mientras que el gorgal o gorguera reforzaba la parte alta del pecho, incluyendo la garganta y la espalda, llegando a sustituir a la gola. La cubrenuca servía para cubrir la zona que va del cuello a los hombros. Cuando estas piezas eran de malla de denominaban alpartaz.

Como decíamos arriba las armaduras del torso a veces también solían incluir algún tipo de protección para la zona de los hombros de impactos descendentes que atravesasen el torso de arriba a abajo, siendo este uno de los golpes más poderosos que se podía infligir al aprovechar la fuerza de la gravedad a favor del ataque. El desarrollo de la Lorica segmentata estuvo condicionado por los enfrentamientos de los ejércitos romanos con enemigos que disponían de armas de gran poder cortante que literalmente amputaban a los legionarios los brazos de un tajo y se atribuyen a las romphaias tracias. Otros le dan un origen en una armadura de gladiador (crupelarius, al uso galo forrado en hierro) y la dificultad para sofocar una rebelión de estos esclavos que tuvieron los romanos, obligados a usar hachas y zapapicos para acabar con los insurrectos. Posteriormente volvemos a encontrar hombreras medievales las cuales eran piezas específicas que tenían la función de proteger solo la parte que cubría por detrás los omóplatos, aunque en ocasiones se extendía esta pieza por la parte delantera sustituyendo a las bufas, que eran propiamente las piezas que protegían la zona de la clavícula.


Piernas (9 a 12). Algunas armaduras más largas incluyen integrada en su construcción las musleras o quijotes (9 y 10) como pueden ser los lorigones y algunas armaduras en formato de chaqueta larga o chaquetón como pueden ser algunas brigantinas pesadas, gambesones pesados, etc. Estas se denominaron también escarcelas y se anudaban a la falda, siendo los escarcelones mayores que estas y articulados hasta la rodilla, la cual tenía su propia pieza en la armadura completa llamada rodillera y podía tener unos abanicos laterales externos.


En la parte inferior que corresponde a la pierna (11 y 12) se utilizan GREBAS que pueden denominarse a veces espinilleras, y en para la parte posterior los grebones que cubrían las pantorrillas. Los escarpes o escarpines cubrían el empeine aunque a veces se usaban zapatos herrados para proteger los pies.


Por último existirían algunas piezas de armaduras que solo se pueden definir como accesorias. Serían placas sueltas, generalmente de materiales duros y preferiblemente metálicas, que se usaban atadas bien desnudo o sobre ropajes o bien sobre otras armaduras, que protegen órganos vitales como pueda ser el corazón y el centro del torso, etc. Se denomina cadiophylax. Estas piezas no protegían de todos los impactos aunque a cambio daban cierta libertad de movimiento y entorpecían menos que las corazas completas. Además son más simples de producir, requieren menos material y por tanto son más baratas de adquirir. En la Roma prerepublicana eran típicas en las primeras filas y se colocaban en el pecho sobre el corazón. En el Japón feudal algunos guerreros empleaban piezas de armadura parcial en forma de banda como el hachigane que en la cultura cinematográfica primero popularizó el personaje Kanbei de los Siete Samurais y después muchos mangas y animes bien conocidos. En el peto del arnés de torneo se colocaban también piezas especiales, como el ristre, un hierro en el pecho para afianzar la lanza, así como la tarja o tarjeta, un escudo sujeto a la zona superior izquierda del peto con el emblema heráldico del caballero.