domingo, 27 de julio de 2025

ENTREVISTA CON UN DORWINADAN

III Las tropas. Lo que más ha interesado a los aventureros en todo momento ha sido las tropas de la caravana. El Dorwinadan les relata los rudimentos de como funciona el sistema de caravanas de los Reyes Magos. Son a la vez un sistema de recolecta tributaria y patrulla fronteriza que mantiene a raya a los incontables enemigos de El Gran Reino. El recorrido es cíclico, yendo de asentamiento en asentamiento recogiendo impuestos en especie y noticias así como pacificando el territorio. En su actual destino estaba asignado al servicio del Rey Maguusha Barutazaru, quien ostenta una considerable lista de títulos y honores, como el Magnánimo, Honorable y otros muchos cuya traducción se hace imposible por fuertes barreras culturales e idiomáticas infranqueables con vuestros actuales conocimientos de este país. De todos sus mandos militares lo considera el mejor al que ha servido, destacando que es un hombre de honor, orgulloso y cumplidor con su deber así como que siempre lo ha visto actuar con justicia. Para los estándares de El Gran Reino, claro. Deja claro que le inspira un profundo respeto a medio camino entre reverencia y temor ante un ser de Poderes Sobrenaturales. En su descripción destaca que detrás de toda la pompa y el boato es muy profesional y para cumplir su cometido no dudará en utilizar cuales medios requiera por expeditivos que sean. No obstante, niega que sea un hombre cruel sin necesidad. Si lo ha visto despedazar a bandidos saqueadores o exponer sus cadáveres en los caminos ha sido como advertencia, pero nunca de forma gratuita y siempre al leal y eficiente servicio del Rey de Reyes. El servicio y la lealtad al Trono de la Ciudad Amarilla está por encima de todo, es sacrificado y exigente para todos. Estas consideraciones no se extienden al sargento de la expedición. Un “amarillo” de pura cepa, vil y abyecto como solo algunos de ellos pueden llegar a serlo. Es habitual que en todas las dotaciones haya estos “amarillos” que tienden a ascender por sus contactos familiares, lealtad fanática al actual Rey de Reyes o como informadores. No obstante el sargento que padecían en esta expedición es una criatura de especial crueldad viciosa que se cebaba no solo en las tropas sino en los sirvientes de la caravana y por supuesto con especial maledicencia a la menor oportunidad con los nativos de los enclaves visitados a la menor oportunidad. Muestra múltiples marcas de latigazos como prueba de su testimonio. Como tropa responde ante el sargento, al igual que toda la demás soldadesca. Las únicas excepciones son los Imeseberenu quienes solo responden a los Maguusha a los que son asignados como Guardia Negra. Este cuerpo de guardia personal de élite parece rodeado de un halo de misterio con capacidades casi monstruosas desde el punto de vista del guardia raso. Por mucho que le pregunten el guardia no sabe qué tropas quedan porque cuando le hirieron corrió aterrado, quedó aislado de los demás y se escondió por pánico. De inicio había 4 Imeseberenu, una docena de tropas y un puñado escaso de guías o exploradores o batidores o como se les quiera llamar. Esto coincide con los cálculos previos de los aventureros. La mayoría de las tropas y algunos exploradores montan en dromedario siempre que pueden, aunque el Dorwinadan no es uno de ellos, explicando que son unas bestias indóciles e indomables. En su Dorwinion natal no son aficionados a montar pero en todo caso usan caballos que son nobles y dulces en comparación. Las tropas de El Gran Reino no obstante proceden de multitud de lugares y cada uno con sus propias costumbres y habilidades: Occidentales de todo tipo y tribus variopintas, unos se hacen llamar Sagath, otros Balchoth y otros Aurigas aunque no está claro si son títulos que se arrogan; Variags; Haradrim e incluso del Lejano Sud-Haradrim, los gigantescos Imeseberenu. Y como no, El Pueblo de El Gran Reino, a los que se refiere como “amarillos” pero cuando le preguntan por su aspecto les dice que los llama así porque provienen de la Gran Ciudad Amarilla y la palabra que ellos usan para sí mismos no tiene traducción, pero es un término, no un nombre. En los ejércitos de El Gran Reino de la Ciudad Amarilla existe cierta uniformidad en cuanto a disciplina y equipación general, pero parece que a cada uno se le deja llevar el arma con el que se sienta más cómodo resultando en una fuerza multidisciplinar formidable. El resto de gente de la caravana son sirvientes de todo tipo: algún heraldo oficial experto en diplomacia y los idiomas de la ruta, mozos de carga, porteadores, servicio personal del Rey Mago, etc. Son muchos más que las tropas y la mayoría no sabría empuñar un arma ni para defenderse. Porque realmente no lo necesitan, cuando viajan lo hacen protegidos no solo por las tropas pero sobre todo por el poderoso Maguusha. Las hazañas sobrenaturales que ha contemplado hacer frente a los bandidos le hacen divagar junto a las fiebres que padece por su herida que se ha infectado. Ojalá estuviera allí su alteza Barutazaru para curarla. No queda claro si es Príncipe Mago o Rey Mago, los términos son confusos y no tenéis traducción exacta. Parece ser que es un Rey pero hay alguien por encima de él, como un Rey de Reyes. A los elfos les parece que esa otra figura fuera similar al mítico Gil-Galad, el Rey Supremo. Entre los Dúnedain del Norte pareciera un Rey de la Antigüedad, Rey de lo que luego fueron los Tres Reinos del Norte. Para el Dúnedain del Sur es como los Antiguos Reyes de Gondor que tenían otros reyes como vasallos. O tal vez sea como la leyenda del Rey Único que unificará Gondor y Arnor que es más bien un cuento de niños. Para el enano sería como el mítico Durin I pero Durin I solo hay uno así que nanai. Al resto de humanos ni le va ni le viene, no entienden mucho de reyes o reinos. Quizás y a lo más Dárius piensa en su interior que él es el legítimo Rey de Rhudaur porque de niño le habían contando historias del linaje de su familia. Pero tampoco es que las recuerde bien y en esta ocasión no comenta sus sospechas que el cetro que portaba el Mago le daría la legitimidad ansiada por su familia. O tal vez no, tampoco es que lo recuerde con claridad ¿había un cetro en las historias de su familia o lo ha oído en otra parte? IV Los aventureros que continúan el rastreo descubren varias pistas. Ante la aparente desaparición misteriosa del Rey Mago sin otro rastro deciden retornar al último lugar donde lo vieron. El punto donde se lo tragó la Tierra está igual. Siguiendo el barranco y más allá del lugar donde se desarrolló el combate encuentran varias zonas de terreno que ha sido Agostado dejándolo agrietado y en otras partes como yermo. En el lecho del desfiladero hay huellas antiguas de una gran cantidad de personas y animales que se han ido marchado por esa ruta corroborando lo dicho por los lugareños, la caravana se marchó y no hay más información que obtener allí. Ante un barranco sin salida deciden probar en sentido contrario y van a la salida contraria, atendiendo las ideas de los que querían ir a contramano del circuito de la caravana. A unos cientos de metros de la entrada norte al Wadi que se desvía hacia el camino del Este están los restos de un campamento. Aunque la mayoría fue desmontado hace días, persiste una tienda de campaña ostentosa azotada por el viento que la ha desgarrado ante tal descuido. Las telas antes lujosas restallan por la ventisca como látigos harapientos. Junto a ella hallan restos de forraje, provisiones de agua y excrementos de camello algo más recientes. Las huellas de un ejemplar de tamaño extraordinario se pierden en dirección al páramao, no continúan el camino del Este, se internan en el desierto profundo hacia el Norte... V Despedida y Muerte de un Dorwinadan. Aquellos que custodiaban al Dorwinadan consiguen algo más de información que cada vez se hace más difícil porque empieza a tener delirios febriles que enredan sus palabras. Relata como es la vida para una persona común en el Reino de Reinos, en la Ciudad Amarilla. Les cuenta que se llama Ramazan Mermet y que en uno de sus viajes acabó reclutado por las buenas perspectivas que se le ofrecieron: una paga decente, estabilidad y un sitio seguro donde vivir y hacer su vida sin temer constantemente las razzias de los bandidos. Allí formó una familia porque es un sitio prospero. Les habla de su mujer y de sus hijos. Les habla de sus sueños de regentar una taberna con estilo auténticamente dorwinadan en la Ciudad Amarilla y como estaba ahorrando para ello. Los dorwinrim son gente alegre, abierta y despreocupada que adora los buenos caldos y espirituosos, expertos en bebidas fuertes y hospitalidad. Entonces se lamenta de no poder volver al territorio de sus antepasados a honrar adecuadamente el totem familiar. Se siente débil y en ocasiones temeroso de la muerte. En estos momentos de debilidad les pide por favor que lleven a su esposa en la Ciudad Amarilla sus últimas posesiones personales, su maza de guerrero y una bolsa que contiene un puñado de monedas de plata y bronce y sobre todo kysûris, unas extrañas monedas de lo que parece un hueso muy duro. Les pide que cuenten a su esposa y a sus hijos que fue un hombre que honró su puesto y que dio la vida por ello cumpliendo su deber, que los quiere y que su última voluntad es legarles sus posesiones personales. La armadura y resto de equipamiento pertenece al Reino así que le da igual lo que hagan con ellas. VI Sea el oro. - Ah, el oro, ¡el oro! Todo el mundo se obsesiona con el vil metal y desprecia las cosas sencillas y realmente preciadas de la vida. Si os estuvierais muriendo como yo valoraríais más otras cosas. Ruega a los aventureros que por favor ayuden a su pobre mujer y sus hijos cuando queden viuda y huérfanos llevando sus últimas posesiones. Su esposa la llama Azucena y vive en el sector/barrio de los Occidentales. Ojalá pudiera regresar. El camino de vuelta es sencillo, solo hay que desandar por donde vino la caravana, evitar a los bandidos si no vas con un Rey Mago que los despache y no tiene pérdida en cuanto se localizan los Caravanusarai. Una vez en el interior del país es muy pacífico gracias a la sabiduría y clemencia del Rey de Reyes. No hay limitaciones para acceder a la Ciudad Amarilla: solo hay que acudir a sus puertas y declarar un propósito legítimo y los Custodios dejan pasar a todos aquellos que son bienintencionados. Cuando lo reclutaron a él no tuvo problemas para entrar y siempre ha sido libre de moverse dentro de sus murallas cuando ha estado libre de servicio entre expediciones o misiones. Relata que la posesión y uso de oro está prohibido salvo para los Nobles/Magos. De hecho el distintivo que detenta su cargo es el gran medallón de oro. A más gordo, más alto el cargo (lo llama medallón pero los aventureros lo han visto y es igual al símbolo/llave). La moneda de cambio para la gente común es la plata o menores valores. Para realizar alguna transacción en oro se requiere un permiso especial. Los dignatarios extranjeros se dice que también han de aportar algún distintivo específico de oro. Solo El Rey de Reyes puede autorizar las transacciones en oro y por eso le cuesta tanto al pobre Ramazan acumular la plata necesaria para lograr comprar una taberna porque no tiene contactos. No conoce bien las creencias del país ni todas sus tradiciones, en las tabernas que es de donde proviene la mayor parte de su conocimiento al respecto se dice que los Reyes quieren todo el oro para sí por motivos espirituales y son enterrados con su oro en el Valle de los Reyes de Reyes, aunque él no es un experto en ese tema y no sabe donde está eso ni se atrevería a preguntarlo porque son bastante celosos con esa materia. Él prefiere los espirituosos como buen dorwinadan. La palabra que utiliza para definir al líder del país es desconocida, pero la traduce por Rey de Reyes, aunque como la repite mucho se queda en la memoria: el “Imperator”. A veces al país lo denomina “Imperio” y a los “amarillos” los llama “imperiales” (ver III arriba) pero son palabras desconocidas para los aventureros. Del oro no sabe mucho más. Tampoco es que haya servido con Marukiouru, que se dice que es el Rey Mago que “trae el oro”, no sabe mucho de él, solo que viaja por el país de los mil ríos. A él la humedad no le gusta, por eso, dice, dejó Dorwinion. Esto último resulta poco convincente que sea cierto por completo y siembra dudas de si todo no serán mentiras de un farsante moribundo pero cuando los aventureros se quieren dar cuenta exhala su último aliento y estira la pata.

FINAL DE AVENTURA SEGUNDA DEL WADI

I Después de la batalla con el Rey Mago los aventureros se recomponen en el barranco. No pueden abandonar el lugar porque su compañero Arcturas sigue allí petrificado como una estatua, un busto parlante lentamente acallado por la extenuación que da a penas para mantener un hilo de aliento*. Nadie se atreve a despegarlo ni golpear la piedra por si pudieran empeorar la situación. La destrucción del corrimiento de tierra obstruye el paso y al principio la nube de polvo no deja ver con claridad la magnitud del desastre. Toda una sección de varios metros de profundidad se han desmoronado de la pared de forma sucesiva dejando un socavón considerable. Mientras vigilan por su compañero pasan algunas horas y en ese lapso pueden ver como la barrera hecha de extrañas espinas retornan al terreno paulatinamente en unos minutos y algo después el muro de tierra también queda desaparecido entre los detritos, rocas y cascajos del derrumbe. Aquellos que sufrieron el Toque Petrificante del Cetro del Rey Mago notan un desentumecimiento progresivo en unos minutos y se recuperan de las mermas sufridas (restituye Agi e Ini, temporal). Son momentos de calma tensa, inquietos por el paradero del Hechicero que se tragó la Tierra de forma misteriosa. Mientras esperan y tras asegurarse varias veces de que están solos, investigan las extrañas cadenas que les arrojó. Grabadas con extrañas runas en una escritura totalmente desconocida para ellos y tras indagar con usar objetos averiguan que están encantadas con una poderosa magia que parece proteger al portador que se envuelve con ellas contra algunos efectos de la magia esencial de la Tierra, siempre y cuando la piqueta en la que acaban esté clavada en el terreno a forma de toma de Tierra. Por lo demás funcionan como cadenas armadas anormalmente largas. Tras un recodo encuentra otras tres cadenas en lo que parece un pequeño vivac escondido en la roca con una esterilla, restos de comida y bebida. En total 4 cadenas. Narvi porta orgulloso lo que afirma que es un trofeo arrebatando en prenda al Rey Mago, una estola de un tejido verde muy suave al tacto y aparentemente lujoso. No aparenta dejar que nadie lo investigue como las cadenas alegando que se lo van a ensuciar con esas manos llenas de polvo y mugre. Una vez pasadas las horas Arcturas vuelve a la normalidad, con unos primeros minutos de entumecimiento y finalmente aparente recuperación de todas las mermas temporales como sus compañeros afectados por el Toque. Con esto el sol está casi en lo más alto y en el barranco empieza a hacer un calor asfixiante por lo que lo más sabio es regresar al amparo del oasis. Algunos aventureros están empecinados con encontrar al Rey Mago del que no hay ni rastro y otros están más preocupados por lamerse sus heridas. II En el Wadi encuentran a los nativos aterrorizados por el extraño estruendo que han oído. No obstante, ninguno se ha atrevido a salir a investigar más allá de la linde de su jungla. Una vez con ellos y tras tratar de reconfortar a las pobres gentes, se les contagia algo de su temor y regresan a la seguridad de los asentamientos. Los aventureros más insuflados por la venganza se percatan de que realmente también están maltrechos por sus heridas y los menos temerarios se preguntan si será buena idea dar caza o no al Rey Mago en ese estado. A última hora de la tarde y una vez repuestos comienzan a rastrear los alrededores, primero con cautela extrema y centrados en el escenario de la lucha. No obstante las pesquisas son infructuosas y decepcionantes por lo que deciden volver una vez más al Wadi. Allí siguen sus indagaciones con los nativos quienes aportan poco, siguen excitados y temerosos con lo sucedido. Comienza una rutina de búsqueda y rastreo pero sin exponerse al terrible desierto, la salida Sur está limpia de sospecha y extienden sus investigaciones por las zonas que conocían del resto del Wadi. Sin pistas, regresan por sus pasos a los escenarios de su otra batalla. Allí descubren dos cosas: grandes zonas de terreno selvático marchito. Rastreando con más cuidado y minuciosidad hallan algo de la impedimenta abandonada de las tropas del Rey Mago que en su anterior rastreo apresurado en pos de cadáveres los días antes fuera por completo fútil. En estas, se tropiezan con un soldado moribundo que ha intentado mantenerse oculto. Al principio les teme como a la muerte. Pero, estando impedido por sus heridas y al borde de fallecer poco puede hacer para huir de ellos. El trato inicial es muy difícil y los más temperamentales de los aventureros por poco lo ejecutan en algún momento aunque al final se impone la sensatez aprendida de errores cometidos en el pasado reciente. Con cuidados y paciencia al final se ganan su confianza y a cambio les cuenta historias mientras mejora de sus heridas. Algunos aventureros quedan a su custodia y cuidado mientras otros siguen tratando de rastrear al Rey Mago hallando solo que además de Marchitar plantas en otras partes despejadas de vegetación se ha Agostado la Tierra quedando yerma. Estos terrenos los hayan mayormente en una sucesión que va desde el punto de recogida de tributos al primer campo de batalla y viceversa en un camino casi paralelo. Los aventureros tienen algunas provisiones y racionando consiguen aguantar unos días. Quienes quedan con el prisionero por turnos consiguen comunicarse con él chapurreando en Oriental y algo de Oestron, con ayuda de El Loco del Wadi para averiguar con sus interrogatorios que se trata de un Dorwinadan**. Lentamente y entre delirios febriles les cuenta una mezcla de su vida y lo que quieren realmente saber. En el Wadi regresa la calma poco a poco. Mientras los aventureros no les pidan comida, que por el momento no tienen, los lugareños van retomando paulatinamente la confianza. Esto abre de nuevo la colaboración por lo que los conocimientos y habilidades avanzadas de los aventureros mejoran un poco la situación. Aunque al principio el forrajeo se vuelve más complicado, el Wadi es un lugar fértil y empieza a ser posible cosechar de nuevo por lo que al final se consigue solucionar la cuestión de la comida. Esto facilita contrastar la información obtenida del prisionero con los wadieses.

sábado, 11 de septiembre de 2021

Armaduras III: CLASIFICACIÓN 2ª PARTE, MATERIALES.

 

Los distintos tipos de armaduras se diferenciarán también por sus MATERIALES O COMPONENTES. En general las armaduras se reservaban y solo se vestían para combatir. Durante los viajes no se porta armadura pues cansa mucho más y ocasionarían rozaduras o heridas durante una marcha o cabalgada larga. Solo las armaduras ligeras y flexibles se podrán llevar durante el viaje sin causar fatiga.


Guardas, gambesón o acolchado. Aketón. Subarmalis romano.

Prenda de varias capas de tela recia rellenas de material de acolchado. Se usa como protección bajo otras armaduras para evitar rozaduras de la misma o como armadura muy ligera. Barata según el material empleado. El modelo más elemental de armadura es la túnica gruesa y sería equivalente. Mantenimiento fácil aunque puede albergar parásitos, mal olor, etc. Sensible a la humedad. Sufre desgaste por el uso y es sensible a los combates (cuando está expuesta directamente sufre doble daño por críticos). Da protección frente a bajas temperaturas y puede ser molesta en climas cálidos por lo que también se hacían guardas de otros materiales como el cuero fino. Hay cofias para la cabeza, chalecos y la prenda completa que cubre torso y brazos se denomina gambesón completo, llegando algunos a cubrir los muslos. Hay perneras para usar bajo armaduras duras en las piernas. Permite apilar otras armaduras, para lo cual pueden presentar incluso correajes y puntos de anclaje de esas piezas superpuestas. Algunos tipos de gladiadores estaban defendidos en algunas partes del cuerpo solo con este tipo de armadura ligera (perneras de los hoplomachus, reforzadas en los murmillo). Anteriormente se empleó de forma similar el linotórax, un tipo de peto de múltiples capas de lino, posiblemente adheridas en algunos puntos con algún tipo de pegamento orgánico (queratina de pezuñas, resinas vegetales, …) cuyo empleo estuvo ligado a diferentes campañas según las condiciones climáticas y necesidades logísticas. Se especula con que se hiciese en otros materiales o que sirviese para sujetar otras piezas de armadura. En otras épocas y latitudes otros pueblos usaron otras fibras vegetales para obtener el mismo resultado, siendo el escaupil o ichcahuipilli mesoamericano un peto de algodón trenzado con fibras de maguey y tratado con salmuera. Su efectividad contra las flechas hizo que incluso los conquistadores los adoptasen en ocasiones.


Cuero blando.

Prendas de cuero curtido, flexible y que ofrece protección ligera. Mantenimiento relativamente fácil para mantener en estado óptimo, resistente al desgaste. Leve protección frente a temperaturas. Ideal para llevar en climas cálidos frente a otras alternativas más calurosas, llegando en esas zonas a confeccionarse con tiras entrelazadas de cuero para conseguir mayor ventilación. Se pueden confeccionar todo tipo de prendas: capacetes y yelmos, justillos para el torso, chaquetas, chaquetones, brazales, musleras y grebas. Permite apilar otras armaduras.


Cuero blando tachonado.

Como el anterior pero con refuerzos de remaches de metal que ofrecen algo más de protección frente a ataques penetrantes. Mismas prendas con algunas especiales como el balteus romano, cinto de tiras de cuero con piezas de metal que protege la zona inguinal con libertad de movimiento. No se recomienda apilar otras armaduras sobre esta.



Bárbara o de pieles.

Prendas de pieles usadas por tribus bárbaras. Sobre una base cuero fino o tela recia se cosen pieles de animales. Requiere un mantenimiento un poco más dedicado pues es fácil que albergue parásitos, mal olor, etc. Buena protección frente a bajas temperaturas e inclemencias como lluvia o nieve, pero puede estropearse si no se le cuida en esas situaciones. Muy incómoda en climas cálidos, afectando a la resistencia. Se confecciona para torso y sombreros que actúan como cascos. Un ejemplo sería la galea lupina hecha de piel de lobo que usaban algunas tropas romanas como los vélites y augures. Dejan las extremidades libres para poder moverse y combatir con más soltura. No se recomienda apilar otras armaduras sobre esta (ya es un dos piezas).


Cuero endurecido, coraza de cuero. Cuir bouilli.

Piezas de armadura (así como otros útiles: cofres, estuches, portalibros, etc). El cuero se somete una inmersión controlada en agua muy caliente (pero no hirviente) hasta que consigue una consistencia endurecida o bien se le somete a procesos de curtido especial (ceras, aceites, engrudos) pudiendo ser compatibles técnicas sucesivas. Según la materia prima, (grosor, especie animal, etc) y las técnicas se puede conseguir distintas calidades, tomando las reglas estandarizadas para un tipo normal. Mantenimiento según acabado final. Es más ligero que el metal, da cierta protección contra cortes y buena contra los golpes. Se confeccionan torso, cascos, brazales, musleras y grebas.


Cota de escamas. Lorica squamata romana.

Se cosen pequeñas placas (escamas) de material duro a una prenda de tela recia o cuero blando, superpuestas las de arriba sobre las de abajo. En distintas épocas y lugares se usaron distintos materiales para las escamas: bronce, hierro, semillas, madera, hueso (de ballena por ejemplo), cuero, cuero endurecido, cuerno, etc. Constituye un tipo de cuero reforzado con metal muy temprano en la historia, siendo las primeras referencias que se tienen provienen de armaduras que portaban los faraones egipcios cuando iban a la guerra, hechas de piel de cocodrilo cubierto de escamas de bronce junto con la corona de guerra azul, el Jepresh. En la época romana la lorica squamata estaba reservada a caballería (equites) y centuriones (oficiales) aunque también par músicos y la llamada plumata sería una versión exclusiva para altos rangos por su elevado coste de producción. También la usaban algunos tipos de gladiadores (eques, scissor y sagittarius).

Ofrece una buena protección a cambio de una cierta restricción de movilidad pero requiere un mantenimiento dedicado.

Se confeccionaban para torso, cabeza, brazos, incluso guanteletes.

Ofrece mejor protección contra perforación que las cotas de mallas estándard cuando la placa es de suficiente grosor, aunque sea más débil que esta frente a otros ataques.


Armadura de laminillas o lamelar.

Se trata de pequeñas piezas cosidas entre sí, sin necesidad de una base de tela o cuero. Pueden ser de metal o cuero que se podía endurecer por curtido o incluso laqueado. Típica de oriente (Europa del Este, Oriente Medio y resto de Asia, con especial uso en Japón). Desplazó a otras armaduras de escamas por ser más cómodas de usar, mejor ventilada, etc. Algunas disponían las láminas invertidas a las cotas de escamas (la inferior descansa sobre la superior).


Cota de mallas de anillas (con guardas).

Se atribuye su desarrollo a las tribus celtas del s. V a.C. y fue ampliamente utilizada durante largos periodos de tiempo intermitentes, siendo la dominante durante la mayor parte del medievo. En Roma se denominaba Lorica hamata romana, siendo cara de producir se reservaba a oficiales y legionarios con mayor poder económico, propia del fin de la república aunque presente desde mucho antes. Se extendió su uso en algunos momentos. Tuvo que ser sustituida al enfrentarla a los arcos compuestos partos que la atravesaban.

Son anillos de metal entrelazados que resisten las armas cortantes y según la construcción las penetrantes. Distintos calibres de alambre, distintos tipos de anillo y distintos modos de entrelazado que establecen distintas categorías, ligera o pesada. Distintas longitudes, con o sin mangas: camisotes o haubergón solo en torso también llamada de infante; lorigón o hauberk cubre torso, brazos y hasta muslos, también lalamda de caballero. De 10 a 30 kilos según todo ello. Se suele usar sobre guardas para que el metal no cause roces con el simple movimiento. Era frecuente usar bajo cascos y otras piezas de armaduras de placas (ver más adelante).


Cuero reforzado con metal. Brigantina.

Piezas de armadura en los que una prenda de capas de tela fuerte o cuero blando la cual alberga lamas de metal en su interior e incluye un acolchado. Su mantenimiento presenta los inconvenientes del metal por su oxidación y de la prenda que puede albergar parásitos o deteriorarse. En climas cálidos el sudor mantenido corroe el metal que es inaccesible. Protección moderada frente a temperaturas. La brigantina o jaco lorigado es una chaqueta o chaquetón de tela fuerte de este tipo y en general protegía torso y brazos y a veces parte alta de muslos, fabricándose tanto en lona, lienzo, seda como cuero fino. Una precursora se denominó jacerina. También se confeccionan chalecos y se pueden hacer cascos de cuero y metal, brazales, musleras y grebas. Es una evolución de ciertos tipos de armaduras de placas segmentadas que buscan un buen balance entre movilidad y protección de las láminas de metal. Al estar expuesta la capa de tejido, sufre el doble frente a críticos por lo que requiere reparación frecuentevar.


Cota de mallas reforzada con placas (con guardas).

Sobre una cota de malla se aplican placas de metal en las zonas más nobles, con diferentes tamaños.

Durante la época romana las tropas de primera línea portaban estas placas y solo si podían permitirse añadían la cota de malla debajo. Durante el medievo la evolución fue al contrario, a partir del uso de coseletes de material flexible como podía ser la cota de anillas o escamas, se reforzó las zonas centrales del pecho con placas de metal adicional a partir del 1300 o mediados de ese siglo y se acabó en el siguiente paso.


Placas (con guardas). Lorica segmentata romana.

La lórica segmentata se componía de láminas de metal superpuestas, ofrecía una mayor protección que la lorica hamata con menor peso, pero requiere un mantenimiento más frecuente y necesitando un taller especializado con múltiples piezas de metal y enganches. En climas húmedos y calurosos la corrosión por sudor la hacía inviable. No se fabricaba más que para torso y hombros y dejaba las piernas sin proteger. Requiere de ayuda para su colocación. Era de uso entre los legionarios pero limitada a ciertas zonas fronterizas europeas: Britania, Germanias, Dacia, norte de Hispania y su implantación está descrita históricamente a necesidades especiales según el armamento enemigo (falcatas, romphaias, hachas germánicas, etc). Peso de un peto con hombreras 11 kg en acero de 1,3mm, entre 6 y 9 kilos sin aquellas. Un tipo especial sería la manica o lórica manicae, que se utilizaba en el brazo del arma tanto primero por gladiadores (crupelarius, hoplomachus, murmillo, provocator) como después por legionarios de algunas épocas (introducida por Trajano para contrarrestar la falx dacia). Son de hierro, acero o aleación de cobre (bronce) y de láminas superpuestas.

En el medievo de nuevo se retomó este tipo de armaduras de segmentos de placas a partir de sobreponer láminas a los coseletes ligeros de malla, escamas o cuero tachonado, siendo un tipo de coseletes de transición de malla y placas a lo largo del s.XIV. En el siglo siguiente se desarrollaron distintas formas de placas segmentadas y articuladas (ver brigantinas, jacerinas) y por otra parte distintos tipos de petos algunos destinados para los abordajes marítimos o bien petos rígidos que dieron lugar posteriormente a las corazas góticas más tardías de s.XV tardío y sXVI que serían el culmen de las corazas.


Coraza (con guardas).

Los griegos desarrollaron las primeras corazas conocidas, en bronce, si bien la infantería pesada rara vez las usaba y preferían defenderse con sus grandes escudos por su excesivo peso y pérdida de movilidad, llegando a extremos alarmantes. La única coraza conocida de la antigüedad capaz de soportar la onda de choque de un arma de asedio como un escorpión estaba hecha en hierro y pesaba 20 kg (hecha por Zoilo de Chipre a Demetrio Poliorcetes de Macedoniael asediador de ciudades”). Esto nos ilustra el amplio rango de grosores y pesos que se podrían encontrar. Posteriormente los romanos rescataron su uso como Lorica musculata, hecha de bronce, con claro uso decorativo y por ello fabricadas en bronce, reservada para aquellos más pudientes y de imitación del estilo griego.

En la época medieval son propias de la Baja Edad Media, en distintas formas y evoluciones. Las piezas más resistentes se limitaban al torso y la cabeza, dejando el resto de piezas a la que denominamos como armadura de placas de la categoría anterior. En acero actual de 1 mm de grosor un peto pesa unos 5 kg. Aquí dejamos abierta la puerta a un capítulo especial que serían las aleaciones de acero y su repercusión en los grosores de las armaduras.

Armaduras II: CLASIFICACIÓN PARTE 1ª LOCALIZACIONES.

Las armaduras se componen de piezas defensivas sobre el cuerpo para protegerse de los ataques recibidos de forma pasiva. Según la LOCALIZACIÓN corporal (en 1D12) que protegen encontraremos:


Cabeza (1): CASCO. Una de las piezas de armadura más apreciada por los combatientes puesto que la cabeza es la localización más sensible. Esto hizo que su desarrollo y empleo superase en prioridad al de otras piezas de armadura. Hay distintos tipos según cuanta superficie cubren. Los cascos más cerrados ofrecen mayor protección pero dificultan la percepción. Esa protección se tendrá en cuenta a la hora de dificultar ataques que pretendan evitar la armadura o intentar localizaciones especiales como acertar a los ojos. A lo largo de los distintos periodos de la historia así como diferentes lugares se han empleado muchos tipos de cascos con diferentes nombres. Nosotros los clasificaremos en tres grados y asignaremos un nombre general que no tiene que ser del todo certero para cada grado pero nos ayudará para esta clasificación de algún modo.


Grado I. Cascos que solo cubren la parte superior del cráneo, desde encima de los ojos y dejan libres las orejas, los llamaremos CAPACETES. Su forma puede ser variada desde formas semi-ovoides a cónicas. En los materiales más ligeros algunos sombreros actúan como equivalente a un capacete ligero. Algunos, como el casco normando, presenta una protección nasal que protege los ojos de tajos horizontales y la nariz. El resto de estos cascos deja desprotegidos ojos, oídos, etc.


Grado II. Aquellos cascos que ofrecen distintas protecciones adicionales como carrilleras, viseras fijas, protecciones para la nuca, etc: tenemos la galea romana, la celada, la bacineta, el morrión, borgoñetas, barbutas medievales abiertas en diferentes grados (a imagen de los kranos corintios), etc. Por escoger un nombre el más representativo sería la GALEA típica romana. En general dificultan algo la visión y bastante más la audición. El portador puede ser obligado a realizar tiradas de percepción para no ser sorprendido en el fragor del combate, reaccionar a órdenes o avisos de sus compañeros, etc. Un tipo particular lo constituye el almófar, que es una capucha de cota de mallas sobre una cofia de tejido acolchado que en conjunto protegen toda la cabeza rodeando esta por completo salvo el óvalo de la cara e incluso en algunos casos disponía de una pieza adicional para cubrir la cara de forma que solo quedasen los ojos descubiertos y que ya entraría en la categoría siguiente. Si no se dice lo contrario, en este grado protegen orejas y nuca.


Grado III. Por último tenemos el YELMO que es el nombre que reservamos para un casco completamente cerrado con una rendija para ver y rejillas para respirar. Los “grandes yelmos” son cerrados y sin partes móviles, típicos de las cruzadas y de las órdenes monacales guerreras. Más adelante se desarrollaron los bacinetes, en los que sí había una visera móvil. El concepto de yelmo es más amplio y abarca a muchos cascos de la categoría anterior, pero lo utilizamos para diferenciar en esta clasificación. Las barbutas más cerradas se podrían considerar como yelmos con ranuras fijas. Ofrece la máxima protección, pero también la máxima dificultad a los sentidos e incluso ocasiona fatiga adicional (por asalto de combate con yelmo cerrado se aplica penalización en las tiradas de fatiga mantenida). La visión periférica está anulada y la audición muy impedida. Además de la capa externa incluyen un acolchado interior para proteger la cabeza, pero que también aísla más de sonidos externos. Los yelmos, al ser armazones cerrados, ofrecen una estructura compacta y más rígida, por lo que su resistencia a los ataques puede estar incrementada además de la mejora de superficie cubierta. En los yelmos también se empleaban capas más gruesas de metal que en otras partes del cuerpo (hasta varias veces más grueso).

En los yelmos se incluyen algunas piezas adicionales con nombre propio, como la babera o barbote para la protección de la boca, barbilla, y mandíbulas. Además tenía partes como podían ser la cimera (decoración situada en la zona superior), la ventalle que permitía una abertura lateral junto a la visera.


La categoría de casco influirá sobre todo a la hora de aplicar penalizaciones a las percepciones (incluido el equilibrio). Algún casco concreto podrá tener en su descripción alguna característica específica que cambie esta generalidad, pero usaremos como norma general lo siguiente:


Cat.

Nombre

Ver

Oír

Fatiga

Penalización para evitar cobertura

Extras

I

Capacete

0 a -1

0

0

0


II

Galea

-2 a -4

-4

0

+3 DA


III

Yelmo cerrado

-5 a -8

-6

+1/asalto

+5 DA o ++

+1 DT


Brazos (2 y 3). Algunas armaduras incluyen en su peto mangas unidas al mismo material, como pueden ser los gambesones, las brigantinas, los lorigones de malla, etc. En las armaduras pesadas los petos solían incluir protección para los hombros al menos, las hombreras, pero se considerará que corresponde a esa localización principal del torso que veremos más adelante. En otros casos son piezas independientes de material que llamamos en general BRAZALES aunque en los arneses completos se desarrollaron piezas con nombres específicos: hombreras (que pueden formar parte del peto), guardabrazos (protege el brazo propiamente), sobaqueras (resguardar la parte delantera y trasera de las axilas), codales (cubre el codo), brazales o avambrazo (protege el antebrazo), cangrejos (protegen la parte opuesta del codo o sangría del brazo) y después manoplas, lúas, guanteles, guanteletes, manteles o mandiletes, incluso con piezas móviles para cada dedo, que protegían las manos, y las muñecas.

Un tipo especial de armadura de brazo es la manica romana, que podía ser de placas de cuero endurecido o preferiblemente de metal y se usaba en el brazo armado (típica de ciertos gladiadores). El uso de esta pieza veremos que se extendió posteriormente entre los legionarios para enfrentar el falx dacio y tracio, como en su día las falcatas íberas obligaron a poner refuerzos de metal en los escudos de los legionarios.


Torso, que incluye tórax (4 a 6) y abdomen (7 y 8). Generalmente se emplea una misma pieza para estas localizaciones en conjunto, aunque pueda estar compuesta de varios elementos (peto o placa pectoral y placa espaldar, por ejemplo).

En el medievo los petos fueron adaptándose y acortándose para ganar movilidad, formando en la parte inferior de abdomen y caderas el volante o falda y la pancera para el vientre hecha de malla en el frontal y los guardarrenes posteriores en la región lumbar, la bragadura para proteger la entrepierna y la culera para los glúteos, también hechas de malla. En otros lugares se aplicaron a modo de faja en materiales flexibles, como el tare de las armaduras japonesas.

En la parte superior la gola cubría la delicada parte del cuello, mientras que el gorgal o gorguera reforzaba la parte alta del pecho, incluyendo la garganta y la espalda, llegando a sustituir a la gola. La cubrenuca servía para cubrir la zona que va del cuello a los hombros. Cuando estas piezas eran de malla de denominaban alpartaz.

Como decíamos arriba las armaduras del torso a veces también solían incluir algún tipo de protección para la zona de los hombros de impactos descendentes que atravesasen el torso de arriba a abajo, siendo este uno de los golpes más poderosos que se podía infligir al aprovechar la fuerza de la gravedad a favor del ataque. El desarrollo de la Lorica segmentata estuvo condicionado por los enfrentamientos de los ejércitos romanos con enemigos que disponían de armas de gran poder cortante que literalmente amputaban a los legionarios los brazos de un tajo y se atribuyen a las romphaias tracias. Otros le dan un origen en una armadura de gladiador (crupelarius, al uso galo forrado en hierro) y la dificultad para sofocar una rebelión de estos esclavos que tuvieron los romanos, obligados a usar hachas y zapapicos para acabar con los insurrectos. Posteriormente volvemos a encontrar hombreras medievales las cuales eran piezas específicas que tenían la función de proteger solo la parte que cubría por detrás los omóplatos, aunque en ocasiones se extendía esta pieza por la parte delantera sustituyendo a las bufas, que eran propiamente las piezas que protegían la zona de la clavícula.


Piernas (9 a 12). Algunas armaduras más largas incluyen integrada en su construcción las musleras o quijotes (9 y 10) como pueden ser los lorigones y algunas armaduras en formato de chaqueta larga o chaquetón como pueden ser algunas brigantinas pesadas, gambesones pesados, etc. Estas se denominaron también escarcelas y se anudaban a la falda, siendo los escarcelones mayores que estas y articulados hasta la rodilla, la cual tenía su propia pieza en la armadura completa llamada rodillera y podía tener unos abanicos laterales externos.


En la parte inferior que corresponde a la pierna (11 y 12) se utilizan GREBAS que pueden denominarse a veces espinilleras, y en para la parte posterior los grebones que cubrían las pantorrillas. Los escarpes o escarpines cubrían el empeine aunque a veces se usaban zapatos herrados para proteger los pies.


Por último existirían algunas piezas de armaduras que solo se pueden definir como accesorias. Serían placas sueltas, generalmente de materiales duros y preferiblemente metálicas, que se usaban atadas bien desnudo o sobre ropajes o bien sobre otras armaduras, que protegen órganos vitales como pueda ser el corazón y el centro del torso, etc. Se denomina cadiophylax. Estas piezas no protegían de todos los impactos aunque a cambio daban cierta libertad de movimiento y entorpecían menos que las corazas completas. Además son más simples de producir, requieren menos material y por tanto son más baratas de adquirir. En la Roma prerepublicana eran típicas en las primeras filas y se colocaban en el pecho sobre el corazón. En el Japón feudal algunos guerreros empleaban piezas de armadura parcial en forma de banda como el hachigane que en la cultura cinematográfica primero popularizó el personaje Kanbei de los Siete Samurais y después muchos mangas y animes bien conocidos. En el peto del arnés de torneo se colocaban también piezas especiales, como el ristre, un hierro en el pecho para afianzar la lanza, así como la tarja o tarjeta, un escudo sujeto a la zona superior izquierda del peto con el emblema heráldico del caballero.

martes, 20 de abril de 2021

Se vienen cositas

Dos años sin hacer entrada alguna. Menudo vago. Pero no todo este tiempo ha sido dedicado a la molicie. Tengo varios artículos de reglas y ambientación a medio terminar. Investigaciones en curso. En breve, en cuanto los pula, los cuelgo aquí. Como dicen los modernillos se vienen cositas.

domingo, 7 de julio de 2019

MONEDAS EN LA TIERRA MEDIA: II TESOROS


En el Hobbit la guarida de los trolls del Bosque guardaba un tesoro compuesto de ollas colmadas de monedas de oro apiladas en un rincón, vestidos, espadas y algún cuchillo mezclado en un cúmulo de otras cosas y comida descuidada.



A partir de esas menciones, no se habla más de monedas, sino de oro y plata en bruto como parte de los tesoros. El mayor tesoro descrito será el de Smaug en la Montaña solitaria.



En el Hobbit Bilbo encontró un salón con un montículo del tesoro y a su paso se veía algún destello dorado y un tintineo. El tesoro también se esparcía por la pared con panoplias de armas y armaduras, estas descritas como impenetrables y de aspecto dorado y plateado así como tachonadas de piedras así como la pequeña cota de malla de mithril forjada para un príncipe élfico con su cinturón de perlas y cristales y un casco de cuero reforzado en acero y con gemas blancas. En las paredes también había mágicas arpas de oro con cuerdas de plata. También había copas preciosas, como la gran copa de oro de Thror de dos asas, martillada y labrada con pájaros y flores de ojos y pétalos enjoyados. Esos cinturones adornados de plata y oro son además seña de los enanos, así como borlas de plata y algún cordón de oro para el cuello. En su cima estaba la Piedra del Arca.



El reparto final se hizo como se había acordado según los pactos de honor, siendo una catorceava parte de toda la plata y oro, labrada y sin labrar para Bardo así como para todos los demás. Thorin excluyó de ese reparto las gemas cuando se enfadó con Bilbo. No obstante, una catorceava parte era una riqueza excesiva, más grande que la de muchos reyes mortales. Al Rey de los Elfos Dain le dio las 500 esmeraldas engarzadas de Girion, las joyas que él más amaba y a Bilbo un collar de plata y perlas. El Rey del Bosque tenía debilidad por los tesoros de plata y las gemas blancas y siempre quería más pensando que aún no eran tantas como las de otros señores elfos de antaño. En el camino de regreso a Hobitton los elfos de Rivendel cantan sobre tesoros de plata y oro hundido en las minas.  A su regreso a la Comarca Bilbo descubrió que perdió algunas cucharas de plata de sus antiguas posesiones. Pero no le importó, pues como parte del pago por sus servicios como saquehobbit accedió a tomar solo dos pequeños cofres, uno lleno de plata y el otro lleno de oro. Durante su vida posterior a su gran aventura gastó el oro y la plata en generosos presentes, tanto útiles como extravagantes, lo que explica hasta cierto punto el afecto de los sobrinos y sobrinas. Es necesario decir que antes de partir Bilbo tenía una situación acomodada y su familia ya era rica (en especial por parte de madre).


 Tras la muerte de Smaug en la Ciudad del Lago Bardo recompensó con largueza a seguidores y amigos y había enviado mucho oro para reconstruir la ciudad, pero el antiguo gobernador se contagió de "el mal del dragón" y se apoderó de la mayor parte del mismo hasta que huyó y murió. Tras su muerte las canciones decía que los ríos corren con oro.

 El Señor de Los Anillos abre el libro primero con el viejo Bilbo repartiendo unas monedas entre los espectadores, pero ningún fuego de artificio para decepción de estos (estos regalos a los asistentes se denominan en la tradición hobbit mathom). Tampoco dejó ninguna moneda, joya o dinero a Frodo pese a que le legó sus tesoros principales y más maravillosos.

En el túmulo de las Quebradas de su mismo nombre entre los tesoros había objetos de oro, plata, cobre y bronce, perlas, cadenas y ornamentos enjoyados, pero no se especifica que hubiese monedas. De esos mismos túmulos proceden las poderosas dagas que Tom Bombadil regala a los cuatro hobbits para su defensa.

Las canciones sobre Moria hablan de bóvedas de oro y suelos de plata. Por eso Sam pregunta si quedan los montones de oro y joyas y le responden que no, que fue saqueado por los orcos. Y que la riqueza de Moria es el mithril, en su tiempo diez veces más valioso que el oro y que ahora se había vuelto incalculable por su escasez, ya que solo provenía de allí. El oro y las joyas eran solo juguetes para los enanos de allí. El mithril podía ser trabajado como el cobre, pulido como el vidrio y hacerlo más liviano, pero más duro que el acero templado, con la belleza de la plata común pero sin mancha ni deslustrado.  

 A la partida de Lórien se les regalaron capas con broches que parecían una hoja verde con nervaduras de plata. 

La compañía Gris de montaraces del norte no porta ningún ornamento ni resplandor de oro ni pedrería, insignias ni emblemas salvo una estrella de plata que les sujetaba el manto en el hombro izquierdo. En el paso del sagrario el rey de los Malditos porta un plaquín de oro, cinturón de oro y granates y un yelmo también de oro.

También podemos remontarnos a tiempos más pretéritos como referencia. En el Silmarillion no hay menciones a monedas, solo a tesoros. Si bien muchos señores portan armas, vestiduras, armaduras y joyas de oro o plata, hay también algún tesoro, como el de Nargothrond, compuesto de oro y gemas. Esos tiempos antiguos, sin embargo, son el pasado perdido y la mayoría de sus tesoros se perdieron con la caída de Beleriand. Solo algunos artefactos de antaño se conoce que perduraron y de otros solo queda el recuerdo legendario. Entre estos tesoros destacan algunas armas mágicas que llegaron a edades posteriores: Dardo, Orcrist (Hendedora de trasgos, la Mordedora para estos) o Glamdring (Martillo de enemigos o de la horda estridente). El cuerno de Vorondil, si bien no aparece hasta ESDLA, procede de las heredades de la casa de Húrin y era de cuerno de buey salvaje, guarnecido de plata y adornado con caracteres. Algo parecido ocurre con las Palantir, fabricadas por el mismísimo Fëanor en Eldamar y que llegaron en número de 7 a la Tierra Media de mano de Elendil a quien fueron regaladas, si bien no se les menciona hasta ESDLA.

En definitiva, dejando un poco los tesoros y volviendo concretamente a las monedas, podemos ver que la función de medio de intercambio se expresa muy poco en los libros y la función de conservación de valor se refiere de forma genérica como plata y oro.