miércoles, 16 de mayo de 2012

Armamento nuclear táctico III: Torpedos nucleares

Octubre de 1962. El submarino nuclear ruso B-59 trataba de romper el bloqueo naval impuesto por los EE.UU. a la isla de cuba después de la crisis de los misiles. Este es uno de los momentos en los que la guerra fría estuvo a punto de convertirse simplemente... en guerra.

Si las órdenes del submarino eran romper el bloqueo y establecer una base para submarinos en la isla, la de la flota de superficie norteamericana era no dejar pasar a nadie y obligar al que lo intentara a ir a superficie e identificarse. Evidentemente estas órdenes contrapuestas sólo podían conducir al desastre.

El B-59 fue detectado por la armada norteamericana que para forzarlo a subir a la superficie empezó a lanzar cargas de profundidad. Los rusos, a suficiente profundidad para no acceder a las comunicaciones por radio entran en un dilema, ¿ha estallado la guerra? ¿Nos están intentando forzar a emerger o... simplemente quieren destruírnos? La situación se pone cada vez más tensa, la marinería exige morir matando y los oficiales empiezan a pensar lo mismo.

Una cosa que no sabían los norteamericanos era que este submarino llevaba un armamento que ellos no esperaban: un torpedo nuclear. El problema de este tipo de munición en el bastante corto alcance de un torpedo es que se trata de un arma del tipo "shoot&run", básicamente compensas que el torpedo no sea dirigido con el potencial destructivo brutal pero tienes que rezar para que la onda expansiva no te destruya a tí también. Este torpedo es toda una maravilla de la ingeniería, desarrollado en 1977 sigue teniendo muchas de sus características clasificadas. Se parece bastante más a un misil que a un torpedo, se propulsa con dos motores de cohete, alimentados por combustible sólido; puede alcanzar más de 500Km/h bajo el agua, lo cual hace que aunque sea detectable hay pocas posibilidades de que el objetivo logre lanzar contramedidas antes de ser alcanzado. Por supuesto el torpedo puede ser cargado con explosivo convencional pero por lo que se ve alguien de la armada rusa debió pensar que con una cabeza nuclear este debía ser el torpedo perfecto.

Pero volvamos a 1962. Rodeados y desesperanzados los tres oficiales de más alto rango del submarino se reúnen. El capitán, Savitsky; el oficial político, Iván; y el segundo oficial Vasili. Vivir en un submarino debe ser muy desagradable, pero morir en uno probablemente sea peor. Ante la situación en la que estaban, rodeados e incomunicados, tanto el capitán como el oficial político estaban dispuestos a lanzar el torpedo y llevarse por delante a los norteamericanos, y de paso a ellos mismos. Vasili no estaba de acuerdo. Convenció al capitán para que emergiera el submarino y recibiera instrucciones desde Moscú, y eso nos salvó de la tercera guerra mundial.

Podéis leer el artículo original (desde otro punto de vista) en ABC.


Si os interesa la vida de Vasili Arkhipov, simplemente visitad la página de la wikipedia.

2 comentarios:

Alvarf el Gris dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alvarf el Gris dijo...

Muy buena entrada, te felicito por ella.