lunes, 14 de mayo de 2012

Adivina obra y autor


“Desde lo alto del altar, brillaron
dos esferas gemelas dotadas de una
llama verde pálida..., ¡y se movieron!
La aguda y chirriante melodía de la flauta
se elevó aún más, como si tratara de atraer
algo. Los bailarines se entregaron a una serie
de movimientos salvajes, con los brazos levantados
y las cabezas echadas hacia atrás.
[……]
Aquel rito horripilante estaba
a punto de alcanzar su momento cumbre.
Lentamente, con una ondulación que se
hinchaba y se enroscaba sobre sí misma, el
gigantesco gusano descendió, deslizándose
por la piedra tosca de la más alta de las columnas.
Nadie podría saber de qué grieta
desconocida había podido surgir, pero la música
y el movimiento frenético de los bailarines
le habían hecho salir de su morada tenebrosa.
La brillante babosa negra, de treinta metros
de longitud, era como un deslizante río
de légamo gélido. Dos ojos como discos brillaban
suavemente por encima de la mandíbula
abierta, de la que babeaba un líquido
corrompido y nauseabundo. Aquella cosa deslizante
se dirigía lentamente hacia el altar.
Estremecido hasta lo más profundo de su
alma, [……] se preguntó cuántos miles de veces,
en las largas eras del pasado, se habría
arrastrado esta pesadilla putrefacta fuera de
su hedionda guarida para descender hacia el
altar negro con la intención de... alimentarse.
[…..]
Y allí, en lo más profundo de los ojos del monstruoso
gusano, [……] vio algo que despertó un terror
primigenio y petrificante en su propia alma,
un terror como jamás había experimentado
ningún otro hombre mortal; su carne se quedó
paralizada, como si se encontrara sometido
de pronto al soplido de un poderoso viento
helado surgido de las profundidades de pesadilla
del abismo negro de los infiernos cósmicos,
situados más allá del espacio y del tiempo.
Porque allí dentro, en los ardientes ojos
del gusano monstruoso, brillaba una espantosa
inteligencia, fría, solitaria y torturada más
allá de todo tormento que pudiera imaginarse.
[……]
Encerrar un cerebro vivo en la prisión fétida
de esta cosa fantasmal constituía una idea
que sobrepasaba los efectos de diez mil infiernos.
A este castigo eterno e inmortal
habían condenado los dioses supremos a uno
de los suyos, que debía de haber cometido
algún crimen innombrable cuya maldad sobrepasaba
toda imaginación humana.
[……]”

2 comentarios:

Joe Peres dijo...

Voy a caer y me voy a equivocar diciendo lo evidente: Lovecraft.

Alvarf el Gris dijo...

Correcto, no es Lovecraft.

Pero no le anda muy lejos, ahí van dos pistas:

1. El autor también escribía en la Weird Tales.
2. El personaje que se las tiene que ver con el gusano es un atlante.