miércoles, 20 de junio de 2012

Armamento Nuclear Táctico IV: Blue Peacock

Como vimos en la primera entrada de esta serie en los años cincuenta los gobiernos occidentales estaban extremadamente preocupados por una posible invasión soviética de Europa Occidental. Con la Segunda Guerra Mundial tan reciente y una mentalidad endurecida por la carnicería generalizada que se vivió en esos tiempos cada país proponía una forma de utilizar la recién adquirida tecnología nuclear.

Si los norteamericanos diseñaron, construyeron y desplegaron los lanzadores portátiles Davy Crockett los británicos plantearon un uso como mínimo innovador.

La idea era crear una serie de minas de diez kilotones (recordemos que Little Boy era una bomba de 13 kilotones) que se pudieran colocar estratégicamente en territorio alemán y que se pudieran detonar o bien remotamente (a través de un cable) o bien con un temporizador.

Como se puede ver en la fotografía la mina no quedó muy compacta (pesaba 7,2 toneladas) y tenía un sistema que provocaba la explosión de la mina en 10 segundos si su carcasa se perforaba, si la mina se movía o si se la sumergía en agua.

En 1954 se solicitó la construcción de diez minas como esta pero se canceló el proyecto en 1958 porque se consideró que los riesgos de explosiones accidentales dentro de territorio aliado eran mayores de lo asumible.

Pero este proyecto que no llegó a nada no pasará a los anales de la ingeniería militar simplemente como un proyecto fallido más. Uno de los principales problemas a los que se enfrentaban los ingenieros eran las bajas temperaturas que tendría que soportar la electrónica de la mina. Esto hacía que pudiese fallar algún sistema y que la mina no explotase cuando debía o (aún peor) saltase algún sistema de seguridad incorrectamente.

¿Cómo resolver esto con tecnología de hace medio siglo? Pues lo que se les ocurrió fue utilizar el calor desprendido por unos pollos. Sí, lo que pensaron fue introducir dentro del dispositivo unos cuantos pollos con comida y agua para que sobrevivieran aproximadamente una semana.

Este procedimiento es tan increíble que al coincidir la desclasificación de los archivos con el 1 de Abril de 2004 algunos medios se la tomaron como una broma del día de los inocentes pero según las autoridades del Archivo Nacional Británico el completamente real.

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