CAMPAÑA HIHGLANDERS II
El asalto de Fuerte Augusto se consiguió con éxito, no así Fuerte Guillermo que se estancó en un asedio sin resolver. Mientras, Murray ha saqueado el castillo de Blair, Loudon ha escapado con algunas tropas a Skye y la compañía independiente de MacKay ha sorprendido a un destacamento de tropas francesas que intentaban desembarcar armas y un envio de oro que se sospecha proviene de España.
EL 8 de abril Cumberland reanuda el avance desde Aberden y el resto de las tropas jacobitas esparcidas son llamadas a reunirse con el grueso de las fuerzas para enfrentarse al inglés. El 14 llega a Nairn y los jacobitas reagrupados toman posición en el páramo de Drummossie, aunque los vagones de suministros no los alcanzan y muchos se esparcen para encontrar comida. Al día siguiente, ante la sospecha de una superioridad numérica del ejército inglés que se encuentra a 16 millas, se intenta marchar por la noche para repetir la maniobra exitosa en Prestopans bajo el mando de Murray. La marcha forzada nocturna se interrumpe al sorprender el alba a los montañeses aún lejos del campamento enemigo, se retiran y vuelven al emplazamiento inicial cercano a Culloden. Los hombres están exhaustos y muchos incluso han avandonado sus escudos para aligerar el paso, con la esperanza de que hayan llegado los vagones de impedimenta al campamento para reabastecerse, aunque no es así. Alcanzan agotados al resto del ejército jacobita.
[Entre los valientes, se encuentra un reducido grupo de MacGregors que llegan somnolientos y desfondados].
Se hace sonar un cañonazo como señal para que reagrupar las tropas dispersas que aún forrajean por los alrededores por la falta de suministros y para avisar a los refuerzos que se esperan, en total, unos 2.000 efectivos adicionales a los 5.400 que se han conseguido reunir.
El ejército jacobita toma disposición de batalla y hace sus preparativos finales. Murray recomienda al príncipe que se retiren y combatan en el terreno montañoso que mejor conocen, en una guerra de desgaste que el ejército inglés no podrá vencer. Pero el príncipe señala que no sería honorable rehuir ese combate. Tampoco acepta el consejo de buscar un terreno menos abierto. El príncipe ha puesto al mando a O'Sullivan, que decide no derribar los cercados de Leanach al sur, pues no lo considera oportuno en contra de las recomendaciones, una vez más de Murray. A penas tienen caballería (500) y su artillería (12 piezas) es dispar, capturada en su mayoría a los ingleses o antiguallas familiares aportadas por algunos nobles, además de no tener artilleros bien entrenados.
El día está despejado. Las nieves se han derretido días antes y los vientos del norte han secado el terreno dejando un polvo levantisco en él.
Mientras tanto, los ingleses han marchado con sus casi 9.000 efectivos hacia el lugar. Un día antes el duque de Cumberland ha celebrado su cumpleaños invitando a toda su tropa a una ración extra de licor a su salud. No son los bisoños milicianos de otros enfrentamientos, la mayoría son tropas veteranas que el duque trae de la campaña en Flandes, así como algunos clanes progubernamentales que se han unido a su llamada. Las últimas semanas las han pasado en Aberdeen haciendo instrucción y entrenándose para repeler la mítica carga highlander con formaciones ágiles y una disposición de las ballonetas que neutraliza la maniobra de los escoceses. También se ha dicho a las tropas que se ejecutará sin clemencia a aquellos que acobardados se retiren durante la batalla, aunque una vez desplegados esa mañana, se les dice que la orden queda rebocada e incluso se permite que los clanes lealistas se retiren si así lo desean. Nadie lo comprueba.
El duque de Cumberland cuenta con una abundante caballería (2.400 dragones en su mayoría y algunos hessianos y hanoverianos) y una artillería regular de 10 cañones junto con 5 howitzers de largo alcance.
Culloden es un páramo abierto, con Inverness al suroeste y detrás, Nairn delante hacia el noreste, la costa hacia el norte a unas 2 millas y hacia el sur un arroyo también llamado Nairn tras unos bosquecillos, el curso de agua por unos diques de piedra tras las cercas de Leanach. Una leve pendiente ascendente va de poniente a levante.
Una polvareda en el este anuncia la llegada de los ingleses.
martes, 13 de octubre de 2009
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2 comentarios:
Pues sí, pues sí, pocos cañones pero efectivos. De 5000 tios nos tuvo que dar a nosotros.
Por otro lado se nota que los casacas eran buenos, además escogieron los que tenian los brazos más largos.
Bueno muertos los escoceses se acabo la rebelión XD.
De eso se trataba, de acabar con la rebelión...
En realidad no superamos la ratio de la batalla respecto a las bajas de artillería, la mayoría de los rebeldes (ahora ya se os puede llamar así :P y no "lealistas") que cayeron se estima que fue por la artillería. Vuestra carga por la izquierda hasta sus líneas fue una excepción propia de PJs valerosos y empecinados, como era de esperar. En ese ala no hubo combates CaC en la batalla real.
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