jueves, 21 de julio de 2011

Los Fierros de Canción de Hielo y Fuego: una oda al acero

Este es un postio que tenía ganas de hacer y ningún tiempo hasta ahora para ello. Se me ocurrió cuando vi el capítulo 8 de la recién acabada temporada.

Martin es un demostrado friki de la historia. Los paralelismos con la guerra de las dos rosas, el muro de Adriano y el conflicto con los pictos que ya visitara Howard en aquel volumen antológico de Conan, las costumbres nómadas de los dothraki o "señores de los caballos" y su horda que bebe de antiguas costumbres tanto escitas como mongolas, así como tantas otras comparaciones lo confirman. Asimismo es conocido por todos la activa participación de Martin en el rodaje de la serie. Todos estos elementos me hacen conjeturar que los siguientes hallazgos sean aportación suya, si bien no tengo prueba que lo corrobore, salvo la intuición del friki. Un verdadero friki reconoce el toque de otro friki que es capaz de tomarse la molestia de plasmar esos detalles.

Por otra parte bien pueden ser otros frikis que simplemente trabajen en el atrezzo de la serie, claro está. Pero mi sexto sentido friki me dice que un tipo que se toma tantas molestias en puntualizar los platos que comen sus personajes para dar un contexto histórico, posiblemente haya aprovechado la oportunidad que le brinda el formato audiovisual para dar esas pinceladas de estilo. Siguiendo ese razonamiento quiero pensar que en la novela no ha hecho hincapié en los distintos aceros porque su descripción al lego en la materia resultaría demasiado opaca con la imposibilidad de utilizar los nombres propios de esas armas que están ligados a sus pueblos históricos. Así que ha aprovechado que aquí solo tiene que mostrarlo sin palabras para demostrarnos cuan friki es.

Pero ya basta de tanta palabrería y vamos al turrón, es decir, las capturas que constituyen pruebas irrefutables del nivel de frikismo de la serie (pinchando en las fotos se ven con mejor resolución, no sé como arreglarlo).

Primero tenemos al amigo Bronn que nos saca nada más y nada menos que un kukri o khukri, como se prefiera.

Bronn empuñando un kukri en la izquierda.

El kukri es un peculiar cuchillo de monte oriundo del Nepal. Su terrible fama proviene del buen uso que los gurkhas le dieron en la guerra anglonepalí para despachar casacas rojas. Esta fama hizo que cuando los cuerpos de gurkhas se incorporaran al ejército británico conservaran este arma como seña pintoresca de identidad, a la par que herramienta eficaz. Su eficacia viene dada porque, a pesar de sus escuetas dimensiones (30 cm) es un arma capaz de tajos muy potentes. Esto se debe a su curiosa curvatura que lo convierte en un híbrido entre cuchillo y hacha, ya que el centro de gravedad está descompensando de modo que se concentra en la zona de corte. Adicionalmente la parte interna obtiene de esa curvatura un ángulo preciso que permite hacer sesgos muy eficientes cuando se usa para sajar carne. Es el famoso ángulo que ya descubrieran los chinos para sus alabardas o podemos encontrar en rhompahias y falcatas. En definitiva, un derroche de tecnología armamentística.

Sin embargo este es un arma poco conocida por el gran público y verla en manos de Bronn me arrancó una sonrisa. Es precisamente el tipo de arma que llevaría un profesional como Bronn como arma de segunda mano: pequeña, concealeable y confiable a la par que capaz de dar un susto a alguien desprevenido de su potencia. En definitiva, un arma de mercenario curtido con tintes de montañés. Ahora es cuando me pongo en modo abuelo y cuento que mi primer contacto e interés por el kukri surge del antológico combate entre Lobo y Santa Claus en el no menos antológico Navidades Paramilitares.


Dothrakis cada uno con sus khopesh.

El otro fierro que sale en la serie y me ha llamado la atención es el khopesh, el antecesor de todos los sables. En esta ocasión es un arma del periodo antiguo y que se cree oriundo del Egipto imperial o el Medio Oriente. También evolucionó del hacha y es una adaptación que fue perdiendo peso y distribuyéndolo conforme mejoraron las técnicas de trabajo del metal, en aquella época bronce. De este arma tengo mucho menos conocimiento aunque no dejó de llamarme la atención ver como se especula en la serie cuales pudieron ser sus formas de "esgrima": fascinante.

Posiblemente alguno al entrar se pensó que iba a hablar de las espadas largas de mano y media o bastardas de Poniente, del espadín bravoosi o tal vez que me fuese por las ramas fantaseando sobre el acero valyrio. Tal vez se hayan visto decepcionados por que me haya ido a los casos raros que he comentado arriba. O tal vez en un futuro saque tiempo y pueda complacerlos con artículo al respecto, si hay demanda ;-)

2 comentarios:

Joe Peres dijo...

Entrada muy buena y muy, muy friki ;)

Joe Peres dijo...

Por cierto, sí que hay demanda.