En general se lee rapidito porque es de lectura sencilla. Lo facilita que el tipo maneja bien la ironía con intención humorística y eso le da cierto empuje a continuar leyendo. Sus diálogos también son fluidos (sospecho que puede haber trabajado como guionista o al menos haberse formado en ello o simplemente tiene ese don).
Está dividido en tres partes. La primera parte es amena e incluso interesante: un tour de introducción a un nuevo universo que a pesar de chuparse 100 páginas consigue mantener el ritmo. La segunda es un peñazo insufrible, inconexo, típica americanada ombliguista/imperialista en la que me llegué a plantear dejar de leerlo. Es una parodia de sí misma, sí, seguro. En la tercera remonta de nuevo con algunas ideas nuevas y retoma el pulso del hilo argumental, reflotando la novela y llegando a un final de entretenimiento digno.
La trama tiene un par de elementos muy originales, que hacen que el libro en general se salve como entretenimiento. No quiero desvelar ningún spoiler. Aunque buena parte de esa originalidad se debe a que está claro que el autor no tiene ni puta idea de lo que está hablando en algunas partes. Ha oído campanas y se ha inventado el resto. Demasiado. Al menos, en cuanto a biología en general, medicina regenerativa y a neurociencia en particular. Esto lo coloca más en el campo de la fantasía-ficción que en la ciencia ficción. Una vez traguemos con esos detallitos, pues a disfrutar. Roba unas cuantas ideas de aquí y de allá aunque por el tratamiento que les da deja claro que ni domina los conceptos ni le importa. De hecho más adelante reconoce que ha tomado la idea central de obras de su amigo Nick Sagan. Lo compensa poniéndole su apellido a una personaje importante.
Del resto de especulación científica tampoco se mete en berenjenales y no se preocupa en ser muy técnico, pero de esas partes no entiendo y no criticaré por tanto.
Hace un tímido intento de plantear una crítica a los sistemas sociales que controlan a la población mediante el control de la información, pero en esta novela no va más allá de perfilar la situación. Ya tendrá tiempo en la saga.
Otra cuestión es que este tipo debió de tirarse de los pelos cuando vió Avatar, porque le roban algunos conceptos gordos. A manos llenas. Y no creo que le hayan dado derechos de autor. Total de azul pitufo a verde menta hay una diferencia ¿no? Pero tampoco se puede quejar mucho porque en los agradecimientos él mismo reconoce lo que es evidente: que su libro debe mucho a "Tropas del Espacio" de Heinlein. Algo así como un "yo TdE lo habría escrito así de ser Heinlein", supongo.
Con todo esto Scalzi consiguió un Campbell y una nominación a los Hugo, que ya es mucho más de lo que muchos mortales logrará. Imagino que los puntos positivos que lo llevaron a lograrlo fue el estilo literario distendido que usa y esas ideas originales que comento, pero lo que le impidió llegar a más fue la ausencia de un sustento más hard para sus postulados fantasiosos y un poquito de racismo/clasismo mal disimulado.
Como dijo alguien... una novela para no calentarse la cabeza.
lunes, 8 de noviembre de 2010
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1 comentario:
Me acabo de terminar el libro y me ha gustado, a parte de todas las meteduras de pata que lo hacen que entre en la fantasía-ficción me gusta mucho la parte de sociedad-ficción, no quiero cargarme el argumento para nadie pero digamos que me sorprende la política de reclutamiento.
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