jueves, 25 de agosto de 2011

ORCOS, de Stan Nicholls.

Pues me acabo de leer este tochito en el que la editorial Marlow ha unido la trilogía de fantasía creada por este autor, partiendo del protagonismo poco habitual de unos personajes orcos. No es algo original, pero al menos no es lo más frecuente. El escritor ha recogido algún premio, es novelista habitual de esta temática y por lo que he podido ver en foros recibe elogios a la par que tupidas y lacerantes críticas.

Personalmente, es un libro que me ha entretenido pero que recomiendo con ciertos matices. En primer lugar, no esperéis un pedazo de novela que marque un antes y un después en vuestra concepción del mundo de fantasía, entre otras cosas, porque como escritor Stan Nicholls es un poquito limitado. Creo que esto es lo más importante que hay que tener en cuenta, hay que acercarse a esta novela sin prejuicios, sin ganas de descubrir en ella cosas que no tiene, sin la necesidad de hacer comparaciones y, en definitiva, sin grandes expectativas. Considero que gran parte de las críticas negativas que he leído sobre esta novela son excesivas por el simple hecho de que quienes la critican quizás la sobrevaloraron antes de leerla. No puedes acercarte a este libro pensando que vas a leer el libro que Tolkien hizo sobre los orcos porque te decepcionará: ni lo es, ni es lo que el autor pretendía, ni creo si quiera que pudiera intentarlo.

Desde el punto de vista del estilo, Nicholls usa un lenguaje sencillo y directo. No se enrolla en la psicología de los personajes ni en la recreación de la ambientación, y opta por el uso de diálogos cortos y descripciones breves. Estas limitaciones no entorpecen la lectura porque el escritor utiliza arquetipos de personajes y ubicaciones típicas de un mundo de fantasía, con lo cual lo que él no aporta ya lo ponemos nosotros.
Para lectores noveles esto está bien, facilita la lectura, aunque para lectores más refinados pues puede resultar una lectura algo flojita. No es Umberto Eco el tipo, vamos, pero nos vamos a calzar una novela que se llama Orcos, tampoco seamos sibaritas.

En cuanto al mundo que nos presenta, da la sensación de que antes de ponerse a escribir Stan Nicholls hizo una lista de “bichos raros mitológicos y de fantasía que me suenan” y los fue metiendo a todos en el mismo saco con ganas de no olvidarse ni uno. El resultado es que nos termina describiendo un mundo que parece pequeño, ya que su intención es que ninguna de estas criaturas quede fuera de su historia y necesita separar sus ambientaciones pero no demasiado, con el fin de llevar a los protagonistas de un lado a otro con facilidad. Lo que parece un mundo de fantasía el uso, tamaño continente o así, da una apariencia al final de provincia superpoblada.

Dentro de este micromundo de fantasía, el autor sitúa también a los cabroncetes humanos, en plan malos de la película, y lo enmarca todo en una guerra de religión, donde básicamente quedan de un lado las criaturas de fantasía politeístas, en franca decadencia, y de otro los fanáticos humanos monoteístas, pujantes y en expansión. Con gran simplicidad argumentativa, el escenario es claramente de buenos y malos, blanco o negro, sin que haya sitio para los grises.

Los orcos que Nicholls nos presenta son civilizados al estilo de Restalion, el mundo de fantasía creado por Joe Peres; lo siento para los que no pudieron disfrutarlo, pero basta señalar que esto de los orcos como refinados protagonistas o pjs grotescos no es nuevo para cualquier rolero con espolones que se precie. A todos los personajes los conocemos incluso antes de abrir las pastas del libro, ya que aquí es donde más resaltan los clichés y estereotipos usados por el escritor, quien una vez que pone una etiqueta a un personaje se desentiende de dar más explicaciones: el héroe bueno es buenísimo, la lista es listísima, el bruto es brutísimo, y así. Destacaría si acaso a la mala malísima, la cual tiene un toque icasiano que me ha resultado entrañable. El que no sepa que es Icasi, que le pregunte a Qrolpater.

El autor tampoco trabaja la trama ni se preocupa mucho de fundamentarla, se le ha ocurrido un principio y un final de la historia y se dedica a mandar a sus protagonistas dando tumbos por la novela creando situaciones en ocasiones toscas e inverosímiles, con tal de que los orcos lleguen donde tienen que llegar. Las cosas pasan porque tienen que pasar, que para eso el Scatérgoris es suyo.

El planteamiento inicial de que una cuadrilla de orcos mete un patón e inicia una huida hacia adelante para salir del atolladero y, en lugar de eso, lo que consiguen es meterse en un follón cada vez más gordo, es simpático e invita a la lectura. Sin embargo, la historia va perdiendo fuelle a medida que pasan las páginas y Nicholls plantea, sin mucha gracia, que en realidad lo que estás leyendo no son los apuros de un grupo de orcos por salvar el cuello, sino la búsqueda de unos objetos místicos que pueden salvar el decadente mundo de parque temático de fantasía que te ha presentado, para además intentar dar un final con sorpresa descafeinada.

Pero no todo es malo en esta novela Orcos, repito que a mí me ha entretenido, y ello es principalmente porque el escritor al menos se dedica a poner a los personajes a dar palos de forma constante y amena, lo que implica mucha acción. La novela sigue el esquema siguiente: los orcos tienen un combate, luego se mueven, tienen otro combate, van a otro sitio, pelean otra vez, quieren ir a otro lado pero a mitad de camino los atacan, cuando llegan a otro sitio de nuevo a luchar, y así toda la novela combate va combate viene. Son páginas de acción entretenidas a las que cabe criticar, eso sí, que al escritor le gustan tanto sus personajes que los convierte en prácticamente invencibles, con lo que los combates del final ya no tienen ni la mitad de interés que los del principio: a base de ver a los orcos macizando gente por todos sitios, sin llevarse un triste rasguño, pues la cosa pierde gracia.


En definitiva, creo que Orcos es un libro que puede recomendarse para frikazos jóvenes, de los de camiseta negra y espinillas, tal como los describiría Nicholls con sus clichés, cuyo grado de lectura esté a nivel Dragonlance y cuyo tiempo de juego no esté limitado aún por cargas familiares (envidia, sal de mí). Al fin y al cabo se puede describir como una partidita de rol novelada en la que hay un master magnánimo que quiere contar la historia que ha preparado a toda costa, jugándola con personajes novatos poco resolutivos, y en la que todos están encantados de tirar dados en combates, ya sean necesarios o no. Para veteranos recomiendo la novela sólo como puro entretenimiento, para cuando no tengáis nada mejor a mano, sin más pretensiones. A Qrolpater, sin embargo, se la recomiendo encarecidamente, a ver si le revuelve algo las tripas en plan “esto yo lo haría de este modo” o “esto quedaría mejor así”, a ver si de una vez nos vamos de viaje a la Tierra Media: Postapocalipsis toca a su fin, el Refugio se agota, nuestro futuro está en la Primera Edad.

Y para terminar os comento el porqué he leído la novela y el porqué me apetece recomendarla, a pesar de lo limitada que la considero: me la ha recomendado mi padre. A sus sesenta primaveras, lector profesional de los de novela por semana, la única persona que conozco que se ha leído los Episodios Nacionales de Galdós. Después de años de escucharlo criticarme por “irme a jugar a los muñequitos esos”, que es como mi padre conoce el rol, resulta que viene el tío y me pone un libraco de ochocientas páginas en la mano que se llama Orcos, diciéndome: “toma, nene, a mí me ha entretenido, no paran de dar palos”. Con dos cojones.


2 comentarios:

uno de tantos dijo...

Si alguna vez me da por escribir algo, recuerdame que no te encargue el prólogo en plan recomendación... ;)

Lo del lado salvaje de la TM ya sabéis que es un proyecto que tengo por ahí, estancado, que destapó un enlace que nos pasó Antoñito. Sí, ya sabéis como empezaríais y tal. Ahora solo hace falta que se os olvide para que cuando os lo ponga os "sorprenda" ;P

Joe Peres dijo...

Muchas gracias por la recomendación y por la mención. Como entenderás no dejaré de leerme un libro que se llama 'Orcos'. Por cierto, en mi libreta tengo notas de cómo retomar el mundo... ya veremos, cuando mi peque sea adolescente ;)