sábado, 15 de marzo de 2014

Escudos II: continuación histórica, el escudo medieval redondo.

(Es continuación de la primera parte)

Para jugar en una ambientación de El Señor De Los Anillos lo más apropiado es un contexto medieval. Es por ello que esta entrega estará dedicada íntegramente a esta época histórica y sus transiciones, desde la caída del imperio romano hasta la entrada del Renacimiento.

El primer escudo que quiero tratar es uno de los más clásicos, la RODELA. En distintos idiomas recibe distintos nombres pero yo me quedaré con el castellano. Es este un escudo redondo, que algunos definen como lenticular, por ser convexas hacia el enemigo y así ayudar a repeler el ataque.

El tamaño oscila entre los 40 y 60 cm y su peso aproximado es de 1 kilo. Fabricado con madera, a veces podía presentar forros exteriores de cuero y otros refuerzos como podían ser nervaduras en bronce o canteados metálicos para repeler los tajos de armas cortantes. Es claramente un escudo para parar con él, pero por sus dimensiones aún permite ser una buena protección pasiva frente a proyectiles. Por todo ello y por el sino de los tiempos que le corresponden se comenzaron a hacer abrazadera y empuñadura mediante correajes. También suelen disponer de tiracol. A efectos de las paradas ya empiezan a tener forros interiores acolchados en la zona del brazo que lo sujeta, de algodón o lino encolados.

La rodela era portada tanto por caballería como por infantería y algunos cuerpos de espaderos se denominaron por el propio escudo, los rodeleros. Al de abajo lo podemos ver embrazando su rodela con su característica convexidad dirigida hacia el enemigo.



En sus últimas fases evolutivas allá por el s. XV se llegaron a hacer enteros de chapa con las mejoras de la metalurgia, pero aumentaba de forma importante el peso hasta los 5 kilos. Incluso se construyeron rodelas llamadas "de brecha" que se empleaban en los asedios y capaces de resistir un arcabuzaso. Su peso ascendía hasta los 15 kilos. Sin embargo este mismo condicionante que supuso la aparición de las armas de pólvora terminó por acarrear su desuso y casi desaparición.

Una variante del anterior más sencilla es la rodela vikinga. Esta se componía de listones de madera de abeto, tilo, aliso o haya pegados entre sí y afianzados por una manija que servía para agarrar, no embrazar. Esta estaba protegida en el centro por un umbo de hierro que se solía reparar tras las batallas. A veces se cubría de cuero la superficie y otras se canteaba el borde con cuero o incluso metal. Otros refuerzos podían ser pletinas perpendiculares a los listones de madera. El tamaño era muy variable, de 45 a 90 cm de diámetro.

Destaca por presentar una periferia más fina que el centro que la hacía flexible, a fin de amortiguar los ataques recibidos, pero con menor resistencia. Es más manejable que un escudo normal, pero no está concebido para el uso individual, sino para formar el muro de escudos. También llama la atención que es un escudo plano, a diferencia de la rodela común que es convexa. Me recuerda a los sencillos escudos celtas que veíamos en el postio anterior.



Otra variante más de la rodela es la "targe" o rodela escocesa, (en inglés rodela se dice "target"). Su tamaño es variable pero generalmente eran pequeñas en comparación con otras y rondaban los 50 cm. Destaca por estar generalmente cubierta de cuero y reforzada con remaches. Solo las mayores se podían embrazar y el resto funcionaban más bien como broqueles similares a los usados por los primitivos caledonios al llegar a las islas. Fabricadas en madera de roble solían tener distintos grados de refuerzo metálico aunque con predominio de un umbo central que se llegaba a dotar de una punta saliente para usar como arma ofensiva en la lucha en el Cuerpo a Cuerpo. También se añadían en el interior vainas para llevar el dirk, el puñal tradicional.

A destacar la perseverancia de su uso tradicionales por los highlanders que la mantuvieron operativa hasta derrota catastrófica en la batalla de Culloden en 1746. Es necesario diferenciar de la tarja propiamente, que es otro tipo de escudo completamente distinto.


Vemos que todos los escudos mayores de la familia de las rodelas tenían una función de defensa pasiva frente a proyectiles, ya en formación ya individualmente. Algunas también servían como arma de parada, pero salvo las targes más pequeñas, todos tenían una clara intención de parapeto ligero.

Sin embargo vemos como la progresión histórica de las armas a distancia determinó su progresivo desuso. Esto también sucedió en algunos usos del campo de batalla y nos sirve para presentar un escudo redondeado pero mucho menor que las rodelas, el BROQUEL. Posiblemente el broquel sea el escudo que más materiales ha admitido en su fabricación y se encuentran de madera, cuero, metal, lana encolada o corcho, también combinaciones de ellos. Se recubría de piel o tela encerada u otras coberturas y se procuraba guarnicionar el canto con metal y el umbo o cazoleta central en metal. Tras este presenta un asa para empuñar, ya que no se puede embrazar. Sus reducidas dimensiones permiten que se use incluso en melé, como estos señores que están ahí al mogollón:



Del mismo modo que algunas rodelas puede dotarse de púas que lo convierten a la par en arma ofensiva. Dada su ligereza se usa más para desviar que para parar. Algunas targes escocesas de tamaño más reducido se pueden considerar directamente broqueles. Podemos encontrar referencias incluso en tratados de esgrima y pervivió también hasta épocas más tardías:



1 comentario:

Alvarf el Gris dijo...

Enhorabuena por los articulitos estos de armas que estas haciendo. Son muy interesantes e instructivos.