El hecho de que dispongamos (consumidores y desarrolladores) de plataformas como steam que permiten la distribución de estos juegos sin prácticamente necesidad de infraestructura hace que podamos disfrutar de títulos que de otra forma se hubieran quedado probablemente en el cajón de la secretaria de un directivo de alguna gran productora.
Por supuesto la inmensa mayoría de estos juegos no pueden compararse con los títulos que ponen en el mercado grandes producciones. Muchas veces porque el esfuerzo de unas pocas personas no es suficiente para llevar a cabo lo que probablemente era una buena idea. Muchas otras porque un buen programador no tiene porqué ser buen dibujante o buen compositor. La mayoría de las veces simplemente porque el obejtivo original era demasiado ambicioso.
Así que parece que necesitamos una combinación complicada: una buena idea, fácil de desarrollar y que el conjunto quede visual y, a ser posible, acústicamente atractivo.
Y esto es justo lo que en mi opinión logra este juego, una idea sencilla, un efecto visual muy atractivo y una banda sonora envolvente que les ha quedado maravillosa y muy bien intregrada en la dinámica del juego.
Además estos títulos suelen tener precios algo más razonables que los que estamos acostumbrados (Splice está en Steam por menos de 10€ sin ofertas).
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