miércoles, 28 de julio de 2010

Snow Crash destripado

Ya me lo he ventilado.

No, no voy a contar el final, solo a comentar lo que me ha parecido la novela, tal vez para abrir un debate para que también volqueis vuestras opiniones.

Pasaré brevemente la parte absurda -aquella en la que el más poderoso hacker del mundo mundial, amén de experto espadachín capaz de enfrentarse a los hijoputas más duros del mundo, no tiene nada mejor que hacer que dedicarse a repartir pizzas... que por mucho que pretenda presentarlo como una parodia, es un chasco-, la parte un poco burda en la estructura de la trama -aquella en la que después de un montón de páginas de presentación de la trama todo se resuelve gracias a varios capítulos de charla/cuasi monólogo con el programa "bibliotecario" y un repronto en el que ya está todo más que mascado y vuelve a ser un monólogo, ahora del prota-, o la parte increíble - la niñata de 15 años heroína más chula que la cheerleader de Heroes. La novela es buena, salvando todo eso y que el final me parece un poco traído a la prisa, como si a Stephenson se le hubiesen agotado los plazos de entrega de una novela muy currada, muy documentada y más o menos bien llevada hasta el preciso momento en que le entran las prisas y lo zanja todo casi a tajazos de la katana de Hiro Protagonist.


Pero entonces ¿me ha gustado?
Sí, mucho.

Casi podría abrir una etiqueta titulada "la fijación friki con las culturas mesopotámicas" pero tal vez saldría de la temática del blog. Desde mucho antes de pillar el Necronomicón -allá por mi infancia jugueteando con la enciclopedia Area 5-, la cultura sumeria me había fascinado por la pinta de sus relieves. Así que cuando por fin pillé algo que hablaba de su mitos, flipé literariamente. Por mis gustos y por el hecho de ser una de las cunas de la civilización -tema que se trata de manera peculiar en la novela, por cierto-. Cada cierto tiempo, desde que tengo a San Google Bendito para ofrecerme toda la información del mundo mundial (o casi), me zambullo en la mitología mesopotámica un rato. Así que es fácil imaginar que un libro de ciencia ficción que enlaza y entronca* de forma ocurrente y muy original su trama ciberpunk en torno a la mitología sumeria (y de culturas posteriores circundantes) pues me ha resultado estimulante, entretenido y delicioso.

Los protagonistas son múltiples y variados. Secundarios con mucho carisma, algunos más que el principal, como Cuervo, Ng o el Tío Enzo que se nos revela justo al final e incluso Fido; otros con aparición menos importante pero más brillante que Hiro, como Ojo de Pez, Elliot y Vic que me han resultado más interesantes. Ahora bien, T.A. (Y.T. en guiri) supera con su histrionismo, desparpajo y temeraridad a todos los demás, convirtiendose en mi opinión en la estrella de la novela. A pesar de que en algunos momentos te entren ganas de darle dos hostias bien dadas a la niñata de los cojones. Es la típica adolescente despreocupada, alocada e incosnciente que todos temeríamos tener como hija. Entrometida, chulesca y un putoncillo. Y a pesar de todo, para mí es la prota indiscutible. Momento antológico en el que cierto personaje se la liga y Stephenson retrata de forma magistral una típica atracción fatal que en algún momento todos hemos podido contemplar en la vida real. Y lo expresa de forma muy sencilla. Ahí radica su maestría.


Por lo demás, pues comentar que es una novela de ci-fi ciberpunk más, que publicada a los 8 años de Neuromante no aporta nada significativamente nuevo al género, a excepción de la -ya encomiada en líneas anteriores- labor de imbricar la mitología sumeria a la historia de una forma bastante original y saboreable. El amago de hacer lo mismo con recortes de documentación sobre los aleutas, pues es gracioso pero está de nuevo un poco metido con calzador.

No me ha gustado, sin embargo, el intento de extrapolar el concepto sobre el que gira el libro al terreno biológico, creo que con el concepto de virus informativo era coherente, interesante y suficiente. Si se trataba de otra parodia, no me ha hecho tanta gracia, está sobrerepresentada para mi gusto.

Corrije algunos de los defectos estilísticos descriptivos en los que cae Gibson, haciendo un ciberpunk más cercano, más accesible en cuanto a las metáforas y descripciones. Eso o yo he madurado mi habilidad lectora mucho en los muchos años que hace que leí al gran gurú del ciberpunk. Stephenson se deja leer mucho más comodamente, en cualquier caso. Creo que ahora le meteré mano al resto de su obra.

Ah, una nota crítica más. El tema del contagio religioso-informativo no es para NADA original. Ni siquiera remontarlo a la antigüedad. El gran maestro Philip K. Dick ya lo hizo -como casi todo en ci-fi- más y mejor en SIVAINVI y Radio Libre Albemut. Pero como ya he dicho, Stephenson destaca por su amenidad y facilidad a la hora de dejarse leer.

En definitiva: recomendable para todo fan del ciberpunk.

Un enlace curioso, que he encontrado buscando las fotos.




*Broma para los que hayan leído el libro.

1 comentario:

Joe Peres dijo...

Me la acabo de terminar y a pesar de algun detallito me ha gustado bastante. Un punto a favor del tipo es que hable de redes sociales en 1992 [cuando ni siquiera teníamos internet] o [aquí me pongo profesional] que hable de 'factorías de software. Por otro lado me parece una cagada monumental que se le ocurra que el Metaverso se pueda escribir en COBOL, si fuera así tendría que haber ambientado la novela 200 años más tarde.