jueves, 16 de septiembre de 2010

Luz de luna

¿Recordais aquella entrañable serie de detectives titulada Luz de Luna?

Aquella que hizo famoso a Bruce Willis por la tensión sexual con la rubiaca Cybill Shepher allá por los 80. El título Luz de Luna tenía cierto encanto romático y misterioso ¿no? ¿Porqué no darle un vuelta de tuerca en ese sentido? ¿Imaginais que el prota detective fuese un detective vampiro y la prota rubia una rubia reportera? Pues por estrambótica que pueda parecer la combinación, de eso trata la serie Moonlight. Solo salió una temporada. Y la he visto.

Lo mejor de la serie, la selección de algunas músicas para la banda sonora y la selección de los principales localizaciones. El apartamento del prota es absolutamente ALUCINANTE. Pero otros escenarios en residencias por todo Hollywood son igual de estupendos. El prota también conduce un mercedes clásico muy bien conservado. Los vampiros saben bien donde novivir. Y como novivir. Una labor de preproducción bien currada en esos aspectos que hace grata la experiencia de ver los capis.

La comparativa entre las dos rubias de hojos azules y pómulos redondeados puede ser graciosa: Cybill y Sophia Myles.

No quiero revelar la trama en sí, aunque haré un apunte sobre las peculiaridades de estos vampiros que difieren un poco de otros. Así, pueden exponerse a la luz del sol pero les molesta y en exceso los mata (¿por exceso de calor?). Duermen en lugares herméticos y fríos en vez de en tierra profanada: cada cual tiene su nevera. No sufren por la exposición al ajo ni por la presencia de la cruz, aunque a cambio "heredan" de forma cruzada de los licántropos la sensibilidad a la plata que los paraliza (wtf?!), lo mismo que una estaca de madera en el corazón. Cortarles la cabeza y el fuego -este los hace cenizas instantáneamente- los matan, como es habitual. No pueden comer, porque no lo pueden disfrutar y porque no puede digerir la comida. Sí que pueden tener sexo con humanos (pillines). No dejan imagen en las antiguas fotografías químicas pero sí en los medios digitales. No dejan claro nada respecto a los espejos. Procuran mantenerse en el secreto y tienen una vampiresa con un negocio particular denominado "La Limpiadora", una especie de Sr. Lobo vampírico en versión femenina, aunque en el último capítulo de la temporada desaparece esa actriz y la sustituyen por otras tres, con el mismo uniforme (mono ceñido de plástico con herrajes) pero más feuchas. Compensan porque sale una armada con lanzallamas, que siempre impacta. Más adelante en la temporada nos hablan de vampiros antiguos y la revolución francesa -sus guillotinas y todo eso.

A cambio obtienen eterna juventud mediante regeneración, fuerza descomunal -que permite grandes saltos y algunas otras piruetas- y reflejos vertiginosos. Además de incrementarles olfato y oído. El "beso" o "abrazo" se consigue una vez drenda la sangre de humano bebiendo la del vampiro. Et voilá. Una ganga, vamos.

Respecto a la trama en sí diré que he experimentado dos fases: una de familiarización y otra de seguimiento fiel. En la primera te acostumbras con los personajes y en la segunda parte de la temporada te has encariñado con ellos. Los guionistas son hábiles manejando el sentimentalismo y la emotividad facilona a partir de ese punto. Buen guión dramático para ser una teleserie cuyos capítulos giran en torno a topicazos: que si asesinato misterioso "salvaje", que si el asesino en serie, que si el asesino mitificado a lo Manson, que si la banda latina, que si el mercenario asesino a sueldo que estuvo en los cuerpos especiales, que si el psicópata secuestraniños, que si unos vampiros medievales -europeos- y su complot, que si la "sociedad vampírica" moderna y su complot para mantener el secreto...

Otro punto positivo es que consiguen montar historias bastante completas y sólidas en la duración del capítulo, mientras hay un hilo conector de trasfondo con su propia trama que es la relación romanticona de los protas. En el último capítulo abren otra trama más interesante pero la serie no tuvo continuidad después de la primera temporada. Una lástima porque ya al final me había acostumbrado al acento de los protas y gracias a eso se les entendía bastante bien, hasta el punto repelente de encontrar bastantes errores de traducción en los subtítulos.

En general una serie amena para echar el rato, con guiños muy frikis -a lo ya de por sí friki de una serie de vampiros- en algunos momentos. Por ejemplo, acabo de ver el último capi y me ha hecho gracia la insistencia del vampiro geek en que lo llamen en clave Lando Calrissian. Lo cual denota cierto nivel de frikismo intrínseco subyacente. Recomendable como entretenimiento aunque sin pretensiones de obra maestra.

Gracias a Wirself por el aporte.

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