Registro de visita: XX/YY+1/MZE
Motivo de visita: Reabastecimiento y reporte
Hemos completado la ronda sin avistamientos. Peinado el sector, no se han avistado patrullas aéreas enemigas ni signos de cazador-asesino. Tampoco se han descubierto asentamientos de nuevas sub-estaciones. No hay actividad invasora detectable en el sector. Parece que la zona está limpia. La actividad de los saqueadores locales no ha aumentado en consonancia en el territorio, salvo en un lugar.
Hemos visitado la granja de los Kinkel. El anciano Kristopher nos compraba munición del .220 a cambio de carne e intercambiabamos noticias. Ya no podrá ser. Creemos que hubo al menos varios asaltos de saquedores y han acabado con él, llevándose a la chica o al menos no hemos encontrado su cadáver. Pobre criatura. Solo el Señor sabe que le estarán haciendo esos desalmados. Una vez oímos rumores de que los asaltantes de los alrededores la llamaban “la bruja roja”, pensabamos que porque habría heredado el carácter enardecido e iracundo del padre. No pudimos hallarla, ni siquiera un rastro. Nos tememos lo peor. Era solo una chiquilla, ¡cielo santo! ¡¿Es que ya no queda cordura ni piedad en este Mundo? Rezamos por ella con el Padre.
Los alrededores de la granja tenían huellas de un gran combate, lo más encarnizado tuvo lugar cerca de la línea de chopos que bordea el arroyo. Se defendieron con coraje. Encontramos restos de lucha y un saqueador desangrado a un par de millas adentrándose en las montañas que rodean al valle, pero llevaba unas semanas muerto, devorados sus restos por perros salvajes. Ni rastro del resto de la banda de malhechores o de la chiquilla.
Algunos indicios nos hacen sospechar que los Kinkel sobrevivieron al menos a un primer ataque, posiblemente coincida en fecha con el cadáver que encontramos en los alrededores. El anciano tenía la costumbre de alimentar a sus cerdos con los saqueadores que abatía, pero no quisimos buscar en la pocilga por no perder tiempo. El hombre era un buen creyente pero ni siquiera su piedad pudo salvarlo. Su tumba la encontramos en la parte de atrás junto al resto de la familia con quienes esperamos se haya reunido en el cielo, salvo a la cría. Por eso pensamos que la pobre niña tuvo oportunidad de enterrar a su padre.
Sospechamos que los saqueadores volvieron al menos en una ocasión y remataron el trabajo. A penas quedó nada. Esquilmaron a fondo ya que prácticamente no encontramos utensilios de valor ni los animales, aunque sí algunas semillas que estaban por cosechar. No pudimos hallar a esa pobre chiquilla. La recordaremos en nuestras oraciones. El Señor la proteja.
Resto del sector sin incidencias.
Balance:
Trajimos algunos aperos de labranza y un par de sacos de semillas de la granja de los Kinkel. El Padre las ha bendecido para que con ellas se alimenten no solo los cuerpos sino también los espíritus. En Justiciudad conseguimos algunas medicinas y las hemos traido: 3 botes de tintura antiséptica, un tarro de linimento y algo que dicen que cura el asma del Padre, aunque este último remedio nos lo llevaremos.
Hemos tomado algunas vendas y un nuevo cuchillo para O'Rilley.
Mensajes:
Al sgto. Vogt: Por el amor del Señor, deje de blasfemar en los resgistros o me veré en la obligación de denunciarlo al Padre O'Bannon.
A "compras": no hemos conseguido localizar aún el encargo anterior, aunque el Padre nos asegura que confiemos en la Providencia y se nos dará.
Firma: Cabo Martínez, escribano del pelotón del piadoso Padre O'Bannon.
jueves, 17 de diciembre de 2009
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3 comentarios:
Si estas pobres criaturitas supieran lo que le pasó de verdad a Kim
Ahí está la gracia, jejeje.
Creo que en esta época todavía ibamos matando raiders con lo justito. Ejercitando el escudo/porra. Hay que admitir que Kim es una repesca de pnj buenísima.
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