viernes, 13 de agosto de 2010

Reporte 29

Registro de visita: XX+1/WW+4/VGC
Motivo de visita: Reporte y reabastecimiento

Al final no me aguanté y tuve que ir a averiguar que había pasado a esos inconscientes del pelotón de O'Bannon. Mis dudas no me llevaron lejos: encontré los restos del BMR a medio camino del lugar. Estaban al borde de una carretera marcada como autopista estatal, a la que se llega desde otra marcada del condado en una intersección cercana, que recoje otra marcada con “Manténgase lejos. Instalaciones de la Guardia Nacional. Los instrusos serán disparados”, tal como una vez me indicó Spinoza.

El vehículo está calcinado, un impacto directo desde el OdC. El agujero era tan ancho como largo mi brazo. Me gustaría poder decir que los pobres diablos no se enteraron y que los pilló por sorpresa. Pero no fue así. Otro impacto en la carretera unos cien metros antes abrió un socabón hirviente en el asfalto. Este preaviso debió quebrarles los nervios. Al menos los pobres desgraciados se fueron con la ilusión de haber burlado al OdC una vez.

El interior del habitáculo posterior, donde impactó de lleno, solo tenía dos cadáveres achicharrados imposibles de identificar. En el puesto de conducción había otros dos, muertos por la radiación dispersa marginal del rayo y el calor que emanaba de los 18mm de acero del blindaje reforzado convertido en mantequilla fundida.

No puedo jurarlo, pero me pareció reconocer el gran crucifijo dorado que O'Bannon siempre colgaba de su pecho, como el ancla de un buque varado. Parecía incrustado por la incandescencia en las costillas calcinadas. Una última marca de su beatitud absurda.

Solo conté 4 cadáveres, que descontando a Kowalski que se quedó en Pergmant, me hacen suponer que al menos otros 2 cayeron en el arsenal de la GN. A menos que el rayo los vaporizase en el interior del Stryker. Ojalá sea así.

No pude descifrar más de aquel caos de metal fundido y restos de explosiones del armamento que cargaban. He recogido algunas armas y algo del equipamiento que llevaban fuera y que no se vio tan afectado por el infierno del interior. El contenido de esa olla a presión ha debido sufrir tanta tensión térmica que no servirán ni para piezas. Tal vez podamos endilgárselo a algún ingenuo, pero no usar por los comandos bajo ningún concepto. No he podido cargar con el material, lo enterré cerca. El resto está demasiado dañado y lo he terminado de inutilizar. No quise quedarme más tiempo por si alguna patrulla aérea acudía a cazar incautos.

Otro grupo de camaradas ha caído. Malos tiempos para la Causa.

Balance:
He dejado las indicaciones para encontrar el material aprovechable rapiñado del BMR, está enterrado de camino a este refugio. Encontrareis algunas herramientas de la caja trasera del Stryker, un par de faros y tubos lanzahumos que no afectó mucho el incendio y las armas que llevaban colgadas fuera y descargadas: un par de M249 SAW y un Mk19 que quedó en su baúl bastante bien conservado.
He cogido algunas raciones de corta duración. No me llevo las balas que hay. No me sirven.

Mensajes:
A “todos”: Extremad precauciones. NO acercarse a los enclaves señalados como vigilados. NO emplear transportes que atraigan la atención del enemigo. Seguid el manual de operaciones y el sentido común o seguireis los pasos de los hombres de O'Bannon. No podemos permitirnos más bajas en el sector. Simplemente quedamos demasiado pocos.
A “compras”: si esta caja de munición la habeis dejado para mí os recuerdo que yo no tiro con guisantes. Y no pienso capar la recámara de mi PSG1 para meterle eso que me habeis traído. Si es lo mejor que me vais a servir prefiero buscar entre los pelones.

Firma: Vogt el Chinitas. Levantad una cerveza por los compañeros caídos.

1 comentario:

Alvarf el Gris dijo...

Si no recuerdo mal el BMR calcinado fue la primera prueba de naves que vimos: rodadas del vehículo huyendo, un crater previo, y zurriagazo claramente recibido desde arriba. Esa gente ya tiene nombre.