martes, 3 de agosto de 2010

EXEQUIAS POR EL REY ADWULF (v)

LA ASAMBLEA DE LOS CLANES (i).

Que el privilegio de no trabajar la tierra ni atender el comercio no haga a los señores olvidar que es a los siervos a quienes protegen y con ellos al Rey, al que siervos y señores sirven” (Fuero de los señores. Bosque de las estelas)


Las murallas de Siddion sirven de refugio a sus habitantes y guardan los más preciados tesoros que constituyen la esencia del Reino. Sólo así se puede entender que más de la mitad del perímetro proteja una boscosa colina donde se mezclan las estelas rúnicas con árboles centenarios. Es el bosque de las Estelas, lugar de reunión de los clanes y donde se tallaron los fueros, que trajeron la paz al reino. Así, bajo un roble que bien pudiera haber estado allí desde antes de la caída del Imperio, un impresionante monolito cubierto de elegantes runas consolida en granito el llamado Fuero Del Reino; a treinta pasos a la izquierda del imponente menhir, sobre la superficie de una enorme columna imperial de mármol que --según las leyendas--pertenecía al Palacio del Gobernador se encuentra tallado el Fuero de los Siervos; justo en la posición opuesta y en una roca basáltica que no parece tener cabida en este paisaje boscoso se encuentran plasmadas en la dura roca las runas del Fuero de los Señores. Estas tres rocas que constituyen los pilares del reino sirven de frontispicio a un gran claro donde los clanes proclaman a sus reyes, e incluso donde los siervos eligen a sus chambelanes. Algo más al este se encuentra otro calvero sembrado de estelas, algunas de proporciones colosales y otras más modestas, donde se tallan las grandes hazañas de Reyes y notables del reino. Dispersos en la colina otros claros más pequeños agrupan estelas que recogen la sabiduría traída de la Estepa más allá de las montañas del norte, así como otras sagas, crónicas y leyendas de incierta procedencia.



Desde mucho antes del amanecer capataces y menestrales bullían en una febril actividad, preparando la regia pira que habría de iluminar el cielo urbundio cuando, proclamado que fuera el nuevo Rey, ardiera la carne del anterior, imbuyendo a todo el Reino de su fuerza. Se erigían tiendas y cercados para alojar a los cientos de personas que han sido convocadas a asamblea de los clanes. También se hacía acopio de paja, heno y helechos, para dar cobijo a los tallistas de Runas, bardos y declamadores de Sagas que tendrían cabida en el bosque. Los chambelanes y maestres de los grandes gremios que tenían el privilegio de presenciar la asamblea deberían abandonar los claros al caer la noche, ya que romperían la inspiración de los forjadores de leyendas y los forjadores de reinos. Una vez más las mujeres de vida disoluta, buhoneros no gremiales, y cambistas serían obligados a abandonar el perímetro amurallado, puesto que en estos días sus oficios sólo perturbarían las ceremonias y exequias.

Con las primeras luces del alba Raddor Dar Edirian señor del gran canal y las calzadas, fue el primero de los notables que acudió al Bosque de las Estelas, excepción hecha de los defensores del mismo --los notables del clan Dar Urbundi--consagrados en cuerpo y alma a proteger las murallas de Siddion en general y el bosque en especial. El líder de los Dar Urbundi, el venerable Ashword --compañero y confidente del finado monarca-- estaba ya sentado sobre un butacón en el propio claro. Solitario. Los designios del finado Adwulf se materializaron durante años a través de la mano de hierro de Ashword Dar Urbundi, que siempre flanqueaba al monarca, de ahí lo insólito de su soledad. No obstante el cenit del finado Rey fue dejando en la sombra a su otrora primer espada, al que con el paso de los años y pese a ser más joven que el soberano fue apartándose en la última década de la escena pública y son sus dos sobrinos los que representan la cara visible del clan. El rostro cargado de arrugas y sombras hacía ver aquella noche que el patriarca de los Dar Urbundi no sólo había perdido a su Rey, sino también un amigo. En claro contraste Mosen y Franzsk Dar Urbundi parecían moverse como ardilla por la copa de las encinas entre chambelanes y notables que poco a poco acudían al claro. Los Dar Astenian, dueños de los molinos; los Dar Caribdis, con señorío en las aduanas y fielatos; los Dar Wanda, dueños de ciertos realengos de grano. La concurrencia empezaba a hacerse más numerosa hasta que por fin llegaron los Dar Bilbilii, dueños de herrerías y forjas, y sólo unas horas más tarde los Dar Exinii, guardianes de los pasos del Norte. Reunidos entre los brazos protectores de las tres grandes estelas los notables de los clanes lloraban a su rey mientras entre lágrima y sentido quebranto se forjaban alianzas y salían a relucir rencores antiguos. Los chambelanes del reino y los maestres gremiales se situaban en un segundo término, sabedores de que cualquier alianza que prosperara habría de contar con ellos.

5 comentarios:

Alvarf el Gris dijo...

Aquí se va a liar el taco...

Joe Peres dijo...

Muy bueno, una elección a estilo germánico.

Dagoberto Dar Siddion dijo...

@ Alvarf: El taco se forma fijo... te lo digo yo que lo se de buena tinta.

@ Joe: conforme vayas leyendo te van a sonar muchas cosas al estilo germánico... principalmente Visigótico.

Ya que he publicado unas pocas entradas os comento un poco cómo va el asunto. Estoy intentando hacer una novelilla y estos son los borradores. De momento el primer libro (Exequias por el Rey Adwulf)consta de cinco capítulos. Los tres primeros, ya bastante avanzados, son "Madera contra acero", "El funeral" y "La asamblea de los clanes". Son coetáneos en el tiempo y así he preferido ir alternándolos que colgar 15 ó 20 páginas del tirón por cada uno de ellos. A estos tres capítulos siguen "Los Señores de las Runas" y "Los Señores de las espadas" apenas esbozados.

@ Qpater y demás: evidenemente como he querido hacer un proyecto que nos haga revivir a todos grandes momentos y partidas, qué mejor homenaje que tomar topónimos y nombres de nuestro mítico páramo... Quen sabe, si algún día se publica sería estupendo para que cualquiera pudiera aportar sus granitos de arena...

@ Wirself... ¿Cómo se llamaba tu arquero urbundio?... :P

Joe Peres dijo...

Bueno, ahora que qrolpater ha encontrado las antiguas fichas lo mismo hasta podemos ofrecerte más material :)

Alvarf el Gris dijo...

Banderas, se llamaba Banderas. Tiraba flechas como nadie, pero el nombre no era de los mejorcitos la verdad. Quiero recordar que sigue vivo, sólo que demonizado. Tiene arreglo. Si está en "los legajos del Páramo" que acaban de ser reencontrados, todo es ponerse.